Las autoridades de Tailandia elevaron hoy a 35 los muertos por las graves inundaciones que afectan desde hace una semana a casi dos millones de personas en el sur del país y en plena estación seca.

Según la Policía, la mayoría de las víctimas mortales perecieron ahogadas o sepultadas por aludes de barro, que ha cubierto miles de casas y dejado intransitables las carreteras.

El agua ya llega a los dos metros de altura a pesar de que se ha reducido la intensidad de las lluvias.

Casi 10.000 vecinos que se han quedado sin hogar viven ahora en centros temporales de refugiados, sobre todo en las provincias de Najon Si Thammarat y Krabi.

Las riadas se llevaron por delante la aldea entera de Jao Phanom en Krabi.

Además, la situación de emergencia se ha extendido más al sur, y unas 4.000 personas han sido evacuadas en el norte de Malasia por temor a las inundaciones.

Las imágenes de la televisión local muestran escenas de caos con riadas que arrastran palmeras y tejados de casas, mientras decenas de puentes se han caído y han dejado mucho distritos incomunicados.

Entre los evacuados hay más de mil turistas que fueron rescatados por helicópteros, fragatas y hasta el único portaaviones de la Armada de las islas del Mar de Andamán y el Golfo de Tailandia.

Aunque poco a poco remite el temporal y ya se reanudaron los vuelos y el servicio de ferry desde la isla de Samui, uno de los principales destinos turísticos del país, el aeropuerto de Najon Si Thammarat permanece cerrado, al igual que el tren.

El primer ministro, Abhisit Vejjajiva, se desplazó el miércoles a la zona del desastre para supervisar la operación de evacuación.

Las fuertes precipitaciones comenzaron hace una semana y ocurren en la que debería ser la estación más seca y calurosa del año en Tailandia.