Un trabajador del operador francés de telecomunicaciones France Télécom se suicidó hoy cerca de Burdeos, en el sur del país, con lo que la empresa volvió a situarse en el centro de la polémica por su eventual responsabilidad en el suicidio de decenas de empleados en los últimos años.

El hombre, de 57 años, se prendió fuego esta mañana en un aparcamiento, y para cuando los servicios de socorro llegaron al lugar solo pudieron constatar su fallecimiento, indicaron fuentes de la empresa, según las cuales se ha abierto una investigación.

La directora ejecutiva de Orange (marca comercial de France Télécom), Delphine Ernotte, y el director de recursos humanos, Bruno Metling, se van a desplazar hoy hasta el lugar "para mostrar las condolencias y la solidaridad de la compañía", que ha puesto a disposición de los compañeros del fallecido un equipo de ayuda psicológica.

Las fuentes del operador de telecomunicaciones señalaron que no es su primer caso de suicidio en lo que va de año, pero se negaron a facilitar la cifra exacta por la política de la empresa y la dificultad de vincular esas muertes a las condiciones de trabajo.

El suicidio de decenas de trabajadores en los últimos años le llevó en 2010 a France Télécom a anunciar un plan de mejora de las condiciones laborales de sus empleados.

Esa oleada de suicidios le valió las críticas incluso del Gobierno y le hizo proceder al relevo en su dirección general, lo que propició la llegada de Stéphane Richard, que fue quien se comprometió ante los más de 100.000 asalariados en Francia a tener en cuenta sus circunstancias personales para adaptar las condiciones.

Fuentes de la Confederación General del Trabajo (CGT), el primer sindicato del país, indicaron hoy que esta muerte muestra sin embargo que los cambios no han sido suficientes y que "todavía quedan muchas cuestiones abiertas" en las negociaciones entabladas con la dirección de la empresa.