Las carreteras españolas se cobraron la vida de 39 personas durante la Semana Santa de este año, cinco menos que en 2010. Se trata de la primera vez, desde que existen registros, en que el balance de víctimas mortales durante esas vacaciones baja de 40 fallecidos en accidentes de tráfico.

El vicepresidente primero del Gobierno y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se felicitó de que la Semana Santa se comporte ahora como "una semana más" del año con respecto a las cifras de siniestralidad.

Un dato que contrasta con las cifras de hace diez años, cuando fallecieron en estas mismas fechas 139 personas, cien más que este año, lo que supone un descenso del 72 por ciento.

Si en 2001 perdieron la vida 13,4 personas cada día de la Semana Santa, este año no han llegado a cuatro fallecidos diarios, o lo que es lo mismo, diez muertos menos al día.

"Hace unos años bajar de 40 muertos se nos antojaba como un objetivo imposible", afirmó Rubalcaba, quien, sin embargo, dejó claro que el Gobierno "nunca va a dar la batalla por finalizada" porque "queda mucho camino por recorrer".

No obstante, el titular de Interior se mostró convencido de que 2011 acabará como el octavo ejercicio en el que se consigue reducir el número de fallecidos en las carreteras. De hecho, en lo que llevamos de año han perdido la vida 406 personas, 26 menos que en el mismo periodo de 2010, lo que arroja un descenso provisional del 6 por ciento.

La reducción de la siniestralidad durante la última Semana Santa también tuvo su reflejo en el número de heridos graves, que pasó de 249 en 2010 a 195 este año.

Casi la mitad de los siniestros mortales -el 44 por ciento- tuvieron su origen en salidas de la vía y, de ellos, casi todos se produjeron en carreteras convencionales, con la velocidad y las distracciones como principales responsables del siniestro.

El uso del cinturón es mayoritaria y buena prueba es que solo cinco de los 39 muertos durante esta Semana Santa no llevaba puesto este elemento de seguridad.

Sí se ha observado un repunte de los accidentes de motocicleta, ya que nueve de los 39 fallecidos -un 23 por ciento- conducía un vehículo de dos ruedas. "Es una cifra muy alta", reconoció Rubalcaba, que, sin embargo, destacó el buen comportamiento de los conductores jóvenes, que ya solo representan el 10 por ciento de las víctimas mortales, frente al 25 por ciento de hace diez años. Algo similar ha sucedido con los accidentes en horario nocturno, que han experimentado un descenso del 85 por ciento en la última década.