Al menos once personas resultaron muertas y unas 82 heridas hoy en el centro oeste de Colombia por la explosión de un oleoducto, que, según fuentes del sector petrolero, se rompió por un movimiento de tierra ocurrido como consecuencia de las lluvias.

"Movimientos del terreno debido a la acumulación de agua por la ola invernal, rompieron la tubería", dijo a los periodistas el vicepresidente interino de la Empresa Colombiana de Petróleos (Ecopetrol), Pedro Rosales.

La portavoz de Dirección de Gestión del Riesgo (DGR), Sandra Calvo Pinzón, explicó al término de las labores humanitarias en el lugar, que la cifra definitiva de fallecidos fue de once y no de trece, como se había informado con anterioridad.

Una fuente de la Cruz Roja Colombiana informó de que entre los heridos hay 23 niños, 15 de ellos en cuidados intensivos, y que siete del total de las personas lesionadas presentan quemaduras en un 90 por ciento de sus cuerpos.

La explosión se registró hacia las 04.30 horas de la madrugada (09.00 GMT) en un sector rural vecino al casco urbano y dejó 35 casas destruidas y casi un centenar dañadas en la zona conocida como Villa Carola.

Los habitantes del sector, unos 400, dormían cuando se registró la explosión.

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, que visitó el lugar donde se produjo la explosión, en el municipio de Dosquebradas, señaló que las autoridades tratarán de esclarecer cuanto antes la causa de la tragedia.

Una de las hipótesis que se barajaron inicialmente era que ladrones de combustible hubieran perforado la tubería, pero Santos rechazó las especulaciones.

"No quiero especular si fue producto de delincuentes que estaban robándose la gasolina o pudo haber alguna otra causa. Hasta no tener claridad creo que no es responsable asignar responsabilidades en este caso, pero se está haciendo la investigación", dijo Santos.

Más tarde habló el vicepresidente interino de Ecopetrol, quien aseguró que la explosión fue consecuencia de una rotura del oleoducto a causa de los deslizamientos del terreno producidos por las intensas lluvias caídas en el país desde septiembre pasado.

Más de 170 personas han muertos en deslizamientos e inundaciones, más de medio millón han sido damnificadas y se han registrado cuantiosos daños materiales.

La gasolina del oleoducto Salgar-Cartago, explicó Rosales, "cayó sobre la quebrada Agua Azul y el derrame encontró un ''punto caliente'' (que pudo ser un fogón, un bombillo o la chispa del motor de un vehículo), que generó llamas y luego las explosiones".

Los más de 80 heridos son atendidos en el hospital Santa Mónica, de Dosquebradas y en otro de la vecina ciudad de Pereira, capital del departamento de Risaralda.

Según la alcaldesa de Dosquebradas, Luz Ensueño Betancourt, fue "un despertar muy triste" para los habitantes de la zona afectada. Algunos de ellos, situados en edificios públicos, recibieron atención psicológica.

Antes de que se reuniera un comité de emergencia creado tras la explosión, la alcaldesa Betancourt había señalado que el combustible "rodó hasta la Quebrada Agua Azul (un arroyo) y estalló. El agua está contaminada".

El director de la Defensa Civil en la localidad, Alfredo Muñoz, por su parte, recomendó a los habitantes no beber agua en la zona.

Durante su visita a Dosquebradas, el presidente Santos anunció que Ecopetrol asumirá los gastos por la atención de los heridos.

Asimismo, informó de que las familias que perdieron sus casas recibirán subsidios de arrendamiento.

Unas horas antes el ministro de Minas, Mauricio Cárdenas, por instrucción de Santos, llegó también a la localidad afectada para atender la emergencia.

El flujo de combustible por la tubería fue suspendido "cuando se detectó una baja de presión", dijo la empresa propietaria de la línea.

Al lugar acudieron desde los primeros momentos distintas autoridades y organismos de socorro, personal y voluntarios de la Defensa Civil, la Policía y las Fuerzas Militares.