Las autoridades de Filipinas elevaron hoy a 28 los muertos en el corrimiento de tierra en una mina de oro ilegal en el sur del país mientras sigue la búsqueda de una cuarentena de desaparecidos.

Los equipos de rescate retomaron las tareas para encontrar más cuerpos sepultados la madrugada del jueves en la aldea de Pantukan, en Compostela Valley, situada en la isla de Mindanao, a unos 900 kilómetros al sur de Manila.

En un nuevo recuento, la oficina de defensa civil rebajó el número de desaparecidos a 36 respecto del centenar de las primeras estimaciones tras la avalancha de rocas y barro que sepultó unas 50 viviendas.

Las víctimas son familiares de mineros que trabajaban por su cuenta en pequeñas explotaciones, pese a la prohibición gubernamental tras un accidente similar que costó la vida a 14 personas -ocho siguen dadas por desaparecidas- en el mismo municipio el pasado abril.

El presidente del país, Benigno Aquino, ordenó abrir una investigación para averiguar por qué los residentes no fueron desalojados de sus chabolas tal y como estipuló su Gobierno.

Pantukan y otras aldeas cercanas han atraído en los últimos años a cientos de buscadores de oro que trabajan sin ningún tipo de regulación y han causado inestabilidad del suelo al agujerear las montañas.

La incontrolada deforestación impulsada por las compañías madereras y mineras favorece las riadas y avalanchas de tierra, especialmente en la temporada de lluvias, que por lo general comienza en mayo y termina en noviembre.