La bolsa que cubría la cabeza del indigente que fue asesinado el 13 de mayo de 2009 en Lanzarote solo tiene huellas del acusado, si bien no se puede datar cuándo fueron impregnadas, según señaló ayer el responsable del departamento de la Guardia Civil que llevó a cabo el informe.

El citado mando, que lleva 17 años dedicado al análisis de pruebas dactilares y palmares, explicó al tribunal popular de la Audiencia de Las Palmas que juzga a Steven D.G., de 28 años, como presunto autor del asesinato del indigente, cuyo cuerpo fue hallado un día después de su muerte, que se identificaron cinco huellas del procesado en la bolsa. Además, señaló que objetivamente no hay ningún indicio en la bolsa que determine que una segunda persona la manipulara y apuntó que solo sería posible haberla tocado sin dejar rastro con determinado tipo de guantes.

La guardia civil descartó impregnaciones de otras personas porque la bolsa solo tiene las huellas del imputado, su superficie es óptima para el revelado de éstas y si las hubiera habría una superposición de huellas o eliminaría las existentes. También comentó que el autor actuó sin guantes porque se halló una huella manchada de sangre de un dedo, que no se ha podido identificar, en el pomo de la puerta por la que se accedía al túnel donde vivía el indigente, en cuyo interior estaba su cadáver.

Asimismo, el mando indicó que al departamento, situado en Madrid, se enviaron muestras también de un pantalón y de un cinturón de la víctima, así como de cuerda y cinta adhesiva con la que se ataron las manos y los pies del fallecido, pero solo se hallaron huellas en la bolsa de basura de plástico y en un tambor de una lavadora que no se puede asegurar de manera fehaciente que sean del acusado.

Los médicos forenses expusieron al tribunal que la muerte del indigente fue violenta y homicida, así como que se produjo de forma lenta por los signos que presenta el cadáver, y atribuyeron su causa fundamental a un traumatismo craneoencefálico severo.

Según los forenses, la víctima fue golpeada de manera reiterada contra el suelo y con intensidad, ya que los huesos de la cara estaban fracturados, y también presentaba fracturas en trece costillas y en una vértebra cervical.

Además, señalaron que tenía una amputación en el extremo de un dedo en la mano derecha, que se hizo con un arma de borde afilado, y que posiblemente fue de ésta una de las primeras heridas que sufrió la víctima, cuya muerte se produjo entre las 18:00 y las 24:00 horas del 13 de mayo, si bien su ejecución se pudo haber efectuado en media hora.