Miembros de la Guardia Civil del puesto de Candelaria detuvieron a dos hombres de 34 y 40 años como supuestos autores de un delito de hurto. Los acusados, de nacionalidad rumana, consiguieron sustraer, al menos, cinco carteras a varios feligreses en la zona de la Basílica de la Patrona General de Canarias con motivo de la celebración de la festividad canónica el pasado jueves.

Ambos delincuentes, que tienen su residencia a lo largo de estos meses en el municipio de Granadilla de Abona, fueron sorprendidos inmediatamente después de los citados robos al descuido.

Los acusados aprovecharon la aglomeración de personas congregadas en el templo y sus inmediaciones con motivo de la celebración del día de Candelaria.

Como suele ser habitual en otros enclaves turísticos y comerciales, su "modus operandi" consistió en mezclarse con los feligreses, que, pendientes de la evolución de las celebraciones religiosas entre el tumulto de gente para acceder a la Basílica, no se percataron de que habían sido objeto de un delito.

De paisano

Para llevar a cabo el citado servicio, los agentes de la Guardia Civil trabajaron vestidos de paisano, con el fin de no ser reconocidos y evitar levantar sospechas entre los dos ladrones y sus posibles colaboradores.

Los acusados fueron trasladados hasta el cuartel, que está situado muy cerca del templo religioso, mientras se prolongó la instrucción de las diligencias.

Dichos robos demuestran la "profesionalidad" y polivalencia de los ladrones de origen rumano, que ya no solo actúan en centros comerciales, paradas de guaguas, mercadillos y otros lugares de concentración de turistas, sino también en las masificaciones de celebraciones religiosas locales.

Su gran habilidad para perpetrar robos al descuido los convierte en muy escurridizos para las fuerzas de seguridad.

Y, a pesar de la mala imagen turística que se genera, desde el punto de vista legal sus acciones no están penadas con condenas severas.