Las fuerzas de seguridad indonesias van a evacuar a los menores, a las mujeres y a los reclusos extranjeros de la cárcel de Kerobokan, en la turística isla de Bali, donde los presos se amotinaron el martes y hoy tenían el control del recinto.

Un total 125 mujeres y 60 extranjeros se encuentran en el interior de Kerobokan, que alberga a 1.015 presos, más del triple de la capacidad para la que fue concebida.

El número de menores oscila entre una y dos decenas, según los distintos medios indonesios.

Las autoridades indicaron que el plan de traslado de estos condenados busca impedir que los amotinados los tomen como rehenes.

"No irrumpiremos en la prisión hasta que sean evacuados, ya que tememos poner sus vidas en peligro", manifestó el portavoz del comando militar provincial, Handoko Udayana.

Los internos controlan todas las instalaciones, incluidos el edificio administrativo y la oficina del director, de esta penitenciaría situada a menos de 20 minutos del aeropuerto de Bali y a 7 kilómetros de la turística población de Kuta.

En el exterior, fuerzas de la Policía y el Ejército indonesios, apoyados por cañones de agua, carros blindados y perros, tienen rodeado el recinto en una tensa calma desde el mediodía, después de los tiros al aire y los gases lacrimógenos lanzados durante las primeras horas del día.

Según la televisión local, la penitenciaría amaneció con ventanas rotas, zonas incendiadas y partes destrozadas de la alambrada de espino que la rodea.

El motín comenzó el martes por la noche tras una reyerta entre reclusos de los que resultaron heridos tres presos que fueron trasladados al hospital penitenciario.

Los cuerpos de seguridad lograron hacerse con el control de la situación el miércoles por la mañana, pero la violencia volvió a brotar por la noche, cuando algunos reos comenzaron a lanzar piedras y cócteles molotov por encima de los muros para exigir el regreso de los tres heridos a la cárcel junto con sus compañeros.

En la cárcel cumplen sus penas delincuentes comunes, asesinos, traficantes de drogas y pederastas.