Miembros del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, junto con el Equipo de Investigación del cuartel de Playa de las Américas, inspeccionaron el pasado jueves las instalaciones ubicadas en el interior de una finca rústica en el Sur de Tenerife donde se practicaban castraciones de perros y gatos sin ningún tipo de autorización administrativa. La actividad clandestina estaba promovida por una asociación protectora de animales en colaboración con veterinarios y auxiliares procedentes de la Unión Europea. En el transcurso de la intervención, los agentes estuvieron auxiliados por un inspector de la Dirección General de Farmacia del Servicio Canario de Salud.

Además, los profesionales del Seprona también contaron con el apoyo de dos peritos veterinarios, que levantaron las correspondientes actas administrativas.

El motivo de dichas denuncias fue las supuestas irregularidades existentes, como el precario estado y carencia de condiciones higiénico-sanitarias en el recinto clandestino.

Los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza también inmovilizaron gran cantidad de medicamentos de distintos tipos, como, por ejemplo, antibióticos, anestésicos, sueros y otros muchos necesarios para el desarrollo de las actividades propias de una clínica veterinaria. Los guardias civiles encontraron un esterilizador eléctrico, una nevera, gran cantidad de transportines de distintos tamaños, jaulas-trampa para capturar animales, así como camillas de operación y material quirúrgico.

El presidente del Colegio de Veterinarios de Santa Cruz de Tenerife, Jorge de Miguel, señaló que el número de locales clandestinos de este tipo no es muy elevado en Tenerife.

Además, De Miguel estima que el desmantelamiento de dicho espacio es una "buena noticia" para los veterinarios y los amantes de los animales.