La madre de Urbana Ramos Plasencia, la mujer asesinada en 2001 en Guía de Isora, mantiene la esperanza de vivir lo suficiente para que el autor de la muerte violenta "lo pague en la cárcel".

El hecho de que el Juzgado de Primera Instancia Número Dos de Arona decretara recientemente la reapertura del caso para que sean analizadas con tecnología más moderna las muestras recogidas por la Guardia Civil ha sido una buena noticia para la madre y los hijos de la víctima, después de una década de incertidumbre y percepción de que el autor o autores se sienten impunes. Carmen Plasencia Plasencia reconoce que "esperábamos esto como agua de mayo" y asegura que se pone muy nerviosa al tratar de este asunto.

Pero esta mujer señala que mantiene su esperanza de que el homicidio se aclare, porque ha pasado muchos años de tristeza y angustia.

Una de las fuentes consultadas señala que las muestras que la abogada de la familia, Yaremi Padrón, ha pedido que se vuelvan a analizar son pelos y restos de sangre.

Uno de esos indicios es un pelo que apareció bajo una de las uñas de la fallecida.

En su momento, con la tecnología de hace 10 años, dicho elemento no se pudo analizar, porque no tenía raíz.

Sin embargo, actualmente existen equipos que permiten encontrar el ADN mitocondrial de la persona a la que pertenecía ese pelo y que podría estar implicado en la muerte de Urbana.

Las solicitudes de análisis por orden judicial se han planteado ante el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, así como al Servicio de Criminalística de la Guardia Civil.

Supuestamente, las personas que han impulsado la reapertura del caso también solicitarán una reunión con el alcalde de Guía de Isora, Pedro Martín, para abordar la posibilidad de celebrar concentraciones periódicas en el municipio para reivindicar el esclarecimiento del crimen.