La Policía Nacional desarticuló una organización integrada por 17 personas acusadas de robar 164 tarjetas bancarias a turistas en el Sur de Gran Canaria y de realizar con ellas transacciones por valor de 350.000 euros en comercios con los que estaban "compinchados". Tras sustraer dichos documentos, los delincuentes los utilizaban "en menos de una hora" en comercios de Las Palmas. La investigación comenzó en mayo de 2009, a raíz de que se detectara un notable incremento de denuncias por hurtos y robos en coches en Maspalomas. Los investigadores se percataron del uso de varias tarjetas sustraídas en establecimientos de Las Palmas, donde se realizaban transacciones de cantidades importantes de dinero, que después denunciaban las víctimas. El cabecilla se desplazaba "con gran rapidez" a Las Palmas, donde contactaba con otros integrantes de la organización a los que facilitaba parte de las tarjetas. La banda acordaba con los dueños de estos locales los porcentajes que obtendrían por operar en ellos con las tarjetas robadas, cuyos beneficios habitualmente se repartían al 50 por ciento.