El hermano y una vecina de Nabila A., la mujer que se juzga en la Audiencia provincial de Burgos con jurado popular acusada de drogar y asesinar a su marido al incendiar la vivienda conyugal, han afirmado en su declaración en la vista oral que la mujer pudo sufrir malos tratos de su esposo.

Mientras el resto de testigos que ha pasado por el estrado en la segunda sesión de la vista oral, que continuará mañana, han dicho desconocer cualquier referencia a que la mujer fuera víctima de malos tratos, su hermano ha asegurado que su marido "la trataba mal" y que ella le contó en varias ocasiones que la había pegado, aunque nunca lo denunció.

También una vecina, esposa del jefe de la víctima del presunto asesinato, que trabajaba como pastor en Melgosa (Burgos), ha reconocido a preguntas del fiscal, la acusación particular y la defensa que había visto una vez que Nabila A. tenía marcas en una pierna que podían ser de golpes que había recibido.

Por su parte, los guardias civiles que investigaron el caso han señalado que, cuando la mujer se declaró culpable del asesinato, que ahora ha negado en su declaración en la vista oral, también dijo que lo había hecho porque su marido la maltrataba y su vida "era un infierno".

Los guardias civiles han coincidido en que en un primer momento trataron el incendio en el que murió el hombre, de origen marroquí, igual que su esposa, como un accidente.

Sin embargo, comenzaron a sospechar porque vieron que la mujer tenía las maletas hechas como si fuera a abandonar el domicilio y les pareció "raro" que cuando vio el incendio, al regresar a la casa después de una visita a urgencias hospitalarias en Burgos con una de sus hijas menores, hubiera pedido ayuda en una casa situada a 200 metros, cuando la casa de al lado tenía las luces encendidas, lo que evidenciaba que había alguien aún despierto.

Después comprobaron que la mujer había acudido por la mañana a por una receta de ansiolíticos, con los que presuntamente drogó al marido, y a un pueblo cercano a comprar tabaco, aunque no fumaba y le molestaba el humo.

Sospecharon que había usado un cigarrillo con un acelerante, probablemente acetona para quitar esmalte de uñas que encontraron cerca del sofá donde el marido estaba durmiendo, para provocar el incendio cuyo humo tóxico acabó con la vida del esposo en pocos minutos.

Los guardias civiles pidieron una orden judicial para pinchar el teléfono de la mujer y escucharon varias conversaciones, parte de las cuales se han reproducido en la vista oral, en las que parece que la mujer tenía un amante en Burgos y otro en Marruecos, incluso cuando aún vivía su marido.

El fiscal ha apuntado en varios momentos de la vista que la mujer pudo pensar que era más fácil para ella matar a su marido que separarse o divorciarse.