Hoy se cumplen diez años del fatídico día en que desapareció y fue asesinada Marisa Hernández, la joven discapacitada de San Juan de la Rambla, cuyo crimen continúa impune, ante la desesperación y destrucción moral de su familia. Después del archivo del proceso, de la reapertura hace más de tres años para tratar de descubrir indicios y de que el Instituto Nacional de Toxicología no pudiera hallar esos restos genéticos que conduzcan al asesino, el "caso Marisa" languidece entre trámites judiciales.