Investigadores de la Guardia Civil desarticularon una organización criminal dedicada a la introducción de heroína en La Palma y Tenerife. Los agentes consiguieron detener a 29 personas, a la vez que intervinieron más de cuatro kilos de diversas sustancias estupefacientes, así como más de 1.500.000 euros en dinero en efectivo y productos financieros.

La banda contaba en Canarias y en Bélgica con empresas y locutorios para blanquear los beneficios obtenidos con la distribución de la droga.

La Guardia Civil, en el transcurso de la operación Caballo Negro, llevada a cabo en coordinación con la Policía belga, desmanteló una red que estaba asentada en el Archipiélago, Países Bajos y Guinea Conakri. Durante la actuación, los investigadores detuvieron a 11 ciudadanos españoles que vivían en La Palma y Tenerife, así como a 16 personas guineanas, a una camerunesa y a otra procedente de Sierra Leona.

Entre los acusados se encuentran los encargados de la distribución de la sustancia estupefaciente en La Palma y Tenerife.

Las investigaciones por este caso comenzaron en octubre del 2012, cuando miembros de la Guardia Civil destinados en Santa Cruz de La Palma detectaron un incremento significativo en la distribución y el consumo de heroína en diversos municipios.

Los agentes localizaron entonces una red que se encargaba de captar a las "mulas", es decir las personas que introducían la citada droga en Tenerife y La Palma. Esas "mulas", para intentar conseguir su objetivo, se introducían la heroína en su organismo.

Durante el proceso de investigación, los agentes frustraron varios intentos de introducción de la heroína en la provincia.

Con el desmantelamiento de la organización de narcotraficantes, los miembros de la Policía Judicial de la Guardia Civil y del Equipo contra el Crimen Organizado (ECO) descubrieron que los delincuentes tenían una gran infraestructura logística para pasar desapercibidos.

Para blanquear el dinero, la organización contaba con una serie de empresas y locutorios situados en el Archipiélago y en Bélgica.

En cuanto a los beneficios blanqueados, en la mayoría de las ocasiones eran enviados directamente a Guinea Conakri, de donde proceden la mayor parte de los implicados en la trama.

Los investigadores del EDOA y del Equipo contra el Crimen Organizado de la Guardia Civil llevaron a cabo diversas incautaciones de estupefacientes, como 1.610 gramos de heroína, un kilo y 800 gramos de hachís, así como material informático y de comunicaciones.

La coordinación internacional entre los miembros de la Guardia Civil y los de la Policía belga se desarrolló a través de la Oficina de cooperación policial de Europa, conocida popularmente entre la población y los funcionarios como Europol.

Los arrestados, junto con el material que se les intervino en la referida operación, fueron puestos a disposición del Juzgado de Instrucción Número 1 de Santa Cruz de La Palma, cuyo titular ha dirigido el caso desde el primer momento.

El dinero blanqueado acababa en Guinea Conakri

El trabajo desarrollado durante la operación Caballo Negro fue desarrollado por agentes destinados en el Equipo contra la Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA), que depende de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Santa Cruz de Tenerife, así como funcionarios adscritos al Equipo contra el Crimen Organizado (ECO) de la Guardia Civil, que depende de la Unidad Central Operativa (UCO).

Después de casi un año, los guardias civiles consiguieron desmantelar la organización y arrestar a casi una treintena de personas. Durante los últimos años, las fuerzas de seguridad han detectado un aumento de la distribución y consumo de sustancias estupefacientes en La Palma. Así se desprende de las diferentes operaciones desarrolladas en dicha isla contra la distribución a pequeña escala de diferentes tipos de droga, así como contra las redes de introducción de hachís. De hecho, hace un par de años se frustró una operación de introducción de una importante cantidad de dicha sustancia en una lancha semirrígida procedente directamente de Marruecos. La red desmantelada ahora tenía su principal mercado en La Palma, aunque sus beneficios iban a parar a Guinea Conakri.