Un ciclista que sufrió un grave infarto de miocardio salvó la vida providencialmente en Sevilla hace unas semanas gracias a una joven médica y un bombero que hacían deporte en el mismo lugar y que, de inmediato, le practicaron maniobras de resucitación.

José Pavón, de 67 años, pedaleaba el domingo 25 de agosto por un carril bici de la zona de Entre Núcleos, en Dos Hermanas, cuando sufrió un infarto fulminante y cayó desplomado junto a un árbol.

La casualidad quiso que, detrás de él, circulasen dos jóvenes, una de ellas una médica que de inmediato comprendió lo que había sucedido y comenzó a dar masaje cardíaco al ciclista, mientras su amiga llamaba al servicio de emergencia del 112. A los pocos minutos, llegó al lugar un bombero que también conocía las maniobras de resucitación cardiopulmonar y que se turnó con la doctora durante unos quince minutos hasta que llegó una ambulancia cuyos sanitarios sacaron al enfermo de la parada cardíaca mediante un desfibrilador.

José Pavón explicó ayer a Efe que aquella mañana había salido a montar en bici, como hace a menudo, y había llegado hasta un lugar bautizado por él mismo como La Veleta, donde cada día colocaba una piedrecita en el árbol más alto, como señal de haber estado allí.

Cuando hacía el trayecto descendente hacia su casa, adelantó a las dos jóvenes ciclistas y a continuación sintió que "algo no iba bien. Mi bicicleta se tambaleaba, me detuve junto a un árbol que me hizo de apoyo por unos segundos pero mi cuerpo cayó desplomado".

Ahora no tiene más que palabras de agradecimiento para "los dos ángeles" que le seguían en bicicleta, a las que, asegura, nunca podrá agradecer lo que hicieron.