El buque "Petrel" de operaciones especiales de la Agencia Tributaria ha desembarcado hoy en Gran Canaria los 486 kilos de cocaína aprehendidos a un pesquero cerca de Cabo Verde, en el tercer golpe que asesta al narcotráfico este año en el Atlántico, una ruta que parece haberse reactivado.
El "Petrel" ha regresado esta mañana a su base en el Arsenal Militar de Las Palmas escoltando al pesquero "Miss Emaila", un barco con bandera de Surinam al que abordó en alta mar el pasado 7 de septiembre, unas 1.600 millas al sur de Canarias, dentro de una operación conjunta de los servicios aduaneros de España y Francia.
Sus seis tripulantes -tres ghaneses, dos brasileños y un surafricano- han sido puestos a disposición del Juzgado de Instrucción número 3 de Las Palmas de Gran Canaria, junto con los fardos de droga que portaba, ocultos en un doble fondo de la proa.
En lo que va de año, Vigilancia Aduanera se ha incautado de unas diez toneladas de cocaína en alijos con destino a España, la mitad de ellas (4,5 toneladas), en las tres operaciones que el "Petrel" lleva realizadas hasta la fecha en alta mar en el Atlántico, ha explicado hoy el subdirector de Operaciones de la Agencia Tributaria, Manuel Montesinos, en el puerto de Las Palmas.
Montesinos ha señalado que, tras unos años en los que la cocaína llegaba a Europa disimulada en contenedores, por las rutas marítimas comerciales fundamentalmente, las últimas intervenciones de Vigilancia Aduanera y de los Cuerpos de Seguridad del Estado parecen corroborar que las mafias han reactivado la vía Atlántica, empleando barcos que la transbordan en alta mar o incluso yates y veleros.
Este responsable de la Agencia Tributaria explica que el retorno de esta ruta puede responder a que en la lucha con el narco también funciona "el principio de acción-reacción": cuando las policías internacionales aprietan por determinadas vías, se exploran otras.
La Agencia Tributaria relaciona la reactivación de los envíos de droga en embarcaciones por el Atlántico con las crecientes intervenciones de droga que se han realizado en contenedores en los puertos de origen, como Guayaquil (Ecuador) y Balboa (Panamá).
Las mafias emplean para ello, a veces, veleros que ponen rumbo directo a España vía Azores y, en otras ocasiones, pesqueros que transportan la cocaína desde la desembocadura del Amazonas o las proximidades de Surinam hacia un punto intermedio en el Atlántico, donde la droga es transbordada para llevarla a Europa.
"Hace una década, se hacían 12 ó 14 operaciones en alta mar todos los años. Este tipo de tráfico se fue sustituyendo por envíos en contenedores, debido a la presión de las fuerzas de seguridad, no sólo españolas, sino también de otros países", ha señalado Montesinos, acompañado por su colega francés Mikael Le Pimpec.
Esta operación -cuyo nombre, "Hojalata", parece hacer mención al desvencijado aspecto del "Miss Emaila"- se puso en marcha en agosto, cuando los servicios policiales de España y Francia tuvieron conocimiento de que una embarcación, tipo pesquero transformado, iba a cruzar el océano Atlántico con una importante cantidad de cocaína.
Una vez identificado el barco, el "Petrel" lo sometió a vigilancia y lo abordó en alta mar, de noche, para intentar neutralizar con el factor sorpresa cualquier tipo de reacción por parte de sus tripulantes, uno de los cuales iba armado.
Montesinos ha precisado que, por la información que manejan, la droga se dirigía a Canarias y que el "Miss Emaila" no salió de Surinam con ella, sino que probablemente la recogió en aguas internacionales. "En este tipo de rutas, el barco sale de puerto, recoge la droga en aguas internacionales y luego la entrega a otro barco también en aguas internacionales", ha señalado.
Este directivo de la Agencia Tributaria ha rehusado dar más detalles sobre cuál puede ser la organización responsable del envío del alijo o cuál podía ser su posterior distribución, alegando que esos datos forman parte de la investigación bajo secreto de sumario.