Juan Cuenca, el ex delegado del equipo Club Voleibol Murcia imputado en la causa que investiga el crimen de la pareja holandesa, Ingrid Visser y su pareja Ludewijk Severin, cuyos cuerpos aparecieron descuartizados y enterrados en una finca murciana, se ha acogido a su derecho a no declarar ante la magistrada del Juzgado de Instrucción número 5 de Molina de Segura, Olga Reverte.

El también imputado Serafín Alba Luis, en cuyos terrenos aparecieron los cuerpos de los holandeses y sobre el que la Policía halló evidencias de su participación en el doble asesinato al existir "indicios racionales de criminalidad", ha sido también llamado a declarar este lunes y ha sido interrogado respecto a la finca de su propiedad.

Tanto Cuenca como Alba Luis, que se encuentran internos en la cárcel de Sangonera la Verde, han llegado sobre las 11.00 horas a los Juzgados a bordo de un mismo coche patrulla de la Policía Nacional, ante la expectación de los medios de comunicación y de multitud de curiosos.

El abogado de Cuenca, Pablo Ruiz Palacios, ha recordado que su cliente ha declarado dos veces previamente ante la Policía, y ha remarcado que esta última comparecencia "ha sido muy breve", ya que ha durado "el tiempo de darle lectura a sus derechos y acogerse a su derecho a no declarar".

En este sentido, ha anunciado que va a abrir diligencias "para cambiar un poco el escenario que se le ha presentado", pero de momento mantiene su derecho a no declarar. En este sentido, ha explicado que este martes están citados los dos rumanos, Ion Valentín y Constantin Stan, considerados estos dos últimos autores materiales del doble crimen, por lo que "habrá que esperar para valorar en conjunto todas las declaraciones que se han practicado".

Por su parte, Alba Luis ha mantenido su declaración y se ha ratificado en la versión que ha sostenido hasta ahora, según ha podido saber Europa Press. Entre otras cosas, le han preguntado por la finca de su propiedad en la que aparecieron enterrados los cuerpos de los holandeses, y le han interrogado sobre los detalles de su relación con Cuenca.

Javier Martínez, abogado que ejerce la acusación en representación de la madre y el hermano de Ingrid Visser, también ha estado presente en todas las declaraciones, pero ha eludido hacer declaraciones a los medios de comunicación a su salida de los juzgados.

DECLARACIÓN DE MARÍA ROSA VÁZQUEZ

La también imputada por los hechos, María Rosa Vázquez, estaba citada a las 10.00 horas en los Juzgados, pero ha acudido con más antelación, y ha abandonado las dependencias judiciales sobre las 12.30 horas, tras más de dos horas y media de declaración porque se ha procedido a la reproducción de una conversación telefónica que mantuvo con Cuenca.

Mari Paz Giraldez, abogada de Vázquez, ha manifestado, a su salida de los juzgados de Molina de Segura tras concluir la declaración de su cliente, que pedirá que se le retiren "todos los cargos", ya que considera que "se la engañó vilmente y no tiene nada que ver" con los hechos. En primer lugar, considera que los hechos "no se sostienen por ningún sitio" y, en segundo lugar, cree que su cliente es "tan víctima como los holandeses".

Maria Rosa, amiga de Juan Cuenca, ha declarado lo mismo que manifestó en la Comisaría de Zamora, a donde se trasladó tras conocer lo ocurrido, ya que allí se encontraba su marido, y también en Murcia. Su abogada ha dicho que la comparecencia "ha ido muy bien y creo que ha quedado acreditado que no tiene nada que ver con los hechos".

La letrada ha zanjado la polémica existente sobre el intercambio de mensajes que hubo con Cuenca, que por aquel entonces mantenían una relación de amistad y a la que María Rosa decidió poner fin cuando conoció el crimen, dejando claro que ante el requirimiento de Cuenca de que le proporcionara sosa, bolsas de basura y una radial, ella le contestó por mensaje que "ni lo tenía ni sabía para qué servía".

De hecho, ha recordado que al principio "tenía mucho miedo, porque tenía familia y Molina es un pueblo pequeño, de forma que cuando se enteró de lo ocurrido se fue a Zamora y se puso a disposición de la Policía".

Igualmente, ha explicado que desconocía la existencia de otros negocios con Cuenca que no fueran la venta de su coche en alquiler y de unas deudas que tenían por un trabajo anterior. Para concluir, la abogada ha destacado que "el entramado societario que se investiga como trasfondo del crimen es una cortina de humo".

Para este martes, el Juzgado, que investiga el crimen ha citado a declarar a los dos rumanos, Ion Valentín y Constantin Stan, considerados estos dos últimos autores materiales del doble crimen y ya en prisión.

RELATO DE LOS HECHOS

Los cuerpos de Ingrid Visser y de su pareja Ludewijk Severin aparecieron descuartizados y enterrados en una finca murciana. Los hechos se remontan al 13 de mayo, cuando la pareja desembarcó en el aeropuerto de El Altet (Alicante) con la intención de pasar tres días en Murcia. Solo un día después, ambos tenían una cita médica en una clínica de la capital murciana, aunque los motivos de esta fueron mantenidos en secreto por la familia en todo momento, al entender que no era "relevante" para la investigación.

Ingrid Visser, con 1,90 metros de altura, delgada, rubia y con ojos azul claro, era muy conocida en su país porque había sido una jugadora profesional de voleibol y había representado a Holanda en más de 500 ocasiones en campeonatos, al tiempo que había sido integrante de varios equipos españoles. De hecho, de 2009 a 2011 formó parte del equipo CAV Murcia 2005.

Durante el tiempo que formó parte de la plantilla del CAV Murcia 2005 residió en Murcia con su pareja Lodewijk hasta que, en 2011, ella decidió poner punto y final a su carrera profesional. Después decidieron regresar a Holanda, pero en los últimos dos años han vuelto en varias ocasiones a Murcia para pasar unos días, porque les gustaba la Región y le tienen "cariño".

El lunes, 13 de mayo, comenzó su última visita. La pareja alquiló un coche en el aeropuerto, un Fiat Panda de color negro con matrícula 9254 GTC, con el que se desplazó hasta Murcia, donde se hospedaron en el hotel Churra-Vistalegre. Ese mismo lunes fue el último día en el que se les vio con vida: tras registrarse en la recepción del hotel, volvieron a coger el coche por la tarde y desaparecieron.

La directora de la clínica avisó a la Policía de que la pareja había acudido en otras ocasiones al centro médico y eran "serios" porque siempre cumplían con las citas. A partir de ese momento, la Policía Nacional entendió que había un motivo para investigar una desaparición y abrió los cauces y protocolos apropiados para su búsqueda.

La Policía abrió varias vías de investigación, y una de ellas condujo a los agentes hasta una vivienda en el municipio murciano de Molina de Segura. Al llegar al lugar, la Policía Científica confirmó que ahí se había cometido un acto violento.

En base a estas pruebas, la Policía continuó con las líneas de investigación y procedió a la detención de una persona de nacionalidad española en Valencia, Juan Cuenca. En base a los datos recabados en todas las actuaciones, la Policía averiguó que en una finca de la pedanía murciana de Alquerías podían encontrar más pruebas respecto a la investigación.

Los agentes excavaron la tierra y las primeras pruebas aparecieron a 50 centímetros de profundidad. Más tarde, y a más profundidad, encontraron los restos de dos personas que, según certificaron los investigadores, correspondían a un hombre y a una mujer.

Los análisis de ADN confirmaron que los restos mortales se correspondían con los dos holandeses fallecidos, y los estudios forenses determinaron una muerte violenta, idéntica en ambos casos, motivada por traumatismo craneoencefálico.