Agentes de la Policía Nacional detuvieron a 25 personas y desarticularon una red dedicada a la trata de seres humanos con fines de explotación sexual y a las estafas en internet mediante tarjetas robadas o clonadas, y que enviaba sus beneficios a Nigeria en furgonetas selladas.

El método de blanqueo de la trama consistía en comprar objetos de lujo que eran introducidos en furgonetas soldadas y selladas con silicona que eran enviadas en camiones al puerto de Valencia para su traslado en barco hasta Lagos (Nigeria), según informó en una nota el Ministerio del Interior.

La investigación, en marcha desde hace más de un año, culminó con 25 detenidos en Madrid, Toledo, Cantabria y Palma de Mallorca. En la operación fueron incautadas en una nave industrial de Pinto (Madrid) y en el puerto de Valencia un total de 120 furgonetas, repletas de televisores y botellas de bebidas alcohólicas Premium, pudiendo haber defraudado productos valorados en unos cinco millones de euros.

Cinco víctimas de trata de mujeres fueron liberadas, informa Interior, que explica que la red utilizaba España como trampolín para enviar a mujeres captadas en Nigeria a países europeos, donde serían explotadas sexualmente. En el momento de ser liberadas, una de ellas estaba embarazada y un miembro de la organización estaba tratando de que abortara.

Las investigaciones comenzaron en octubre de 2012, a raíz de la denuncia de un ciudadano nigeriano que había sufrido una agresión por parte de varias personas de su misma nacionalidad en Fuenlabrada (Madrid).

Los agentes de la Policía Nacional identificaron a los presuntos agresores, que podrían estar inmersos en una trama criminal de mucho mayor alcance.

Fueron necesarios varios meses de pesquisas para descubrir las actividades de estos individuos, integrantes de un grupo organizado asentado en Madrid, Toledo y las Islas Baleares.

La rama en España era a su vez parte de una organización criminal internacional, creada en los años 90, cuyos orígenes se sitúan en las universidades de Nigeria.

Esta organización realizaba también compras masivas a través de internet con numeraciones de tarjetas de crédito generalmente estadounidenses y que tenían identidades falsas.

La gran cantidad de objetos comprados a través de la red eran enviados regularmente por la organización hasta Nigeria, donde eran vendidos a distribuidores al por mayor locales.