El Tribunal de Jurado determinó ayer por unanimidad que el procesado por el crimen de Guacimara Rodríguez en 2013 en Los Gladiolos, José Miguel Mendoza Arzola, es culpable del delito de asesinato con alevosía y ensañamiento.

La portavoz de los miembros del Jurado manifestó que se consideran "probados" los hechos y que no se debe acceder a su petición de indulto. El primer argumento para tomar la decisión es que el propio acusado confesó que acudió al exterior del domicilio de la víctima a la hora en que sabía que salía con los hijos de la pareja para llevarlos al colegio. El Jurado estima también que José Miguel Mendoza intentó asegurar la muerte de la expareja, ya que escondió el arma blanca utilizada y actuó por sorpresa, ya que la víctima no tiene lesiones propias de haberse defendido.

Además, los miembros del Tribunal explicaron que utilizó un cuchillo militar para causar mayor sufrimiento a Guacimara Rodríguez. También apreció que la mujer sufrió, porque siguió con vida hasta la llegada del personal de una ambulancia del Servicio de Urgencias Canario (SUC), que intentó reanimarla sin éxito.

Además, la portavoz del Jurado indicó que la última de las puñaladas fue la más fuerte que realizó, puesto que se quedó clavada en la columna vertebral de la asesinada.

Y, además, los miembros del Tribunal tuvieron en cuenta el agravante de parentesco, porque el acusado convivió nueve años con Guacimara Rodríguez.

La fiscal delegada de Violencia de Género solicitó una condena de 25 años de prisión y que el condenado no pueda acercarse a sus hijos, la madre y los hermanos de la víctima, así como a una cuñada, hasta 10 años después de cumplir la pena de prisión. Además, la fiscal, Francisca Sánchez, reclamó que se le prive de la patria potestad de sus hijos hasta que tengan la mayoría de edad y que la indemnización a sus hijos por responsabilidad civil ascienda a 300.000 euros.

El abogado de la acusación particular, Jesús León Arencibia, solicitó una condena similar a la fiscal, con la excepción de que elevó la indemnización a 600.000 euros, para que 200.000 de ellos sean para la madre y los hermanos de la víctima. La letrada de la acusación popular (el Instituto Canario de Igualdad), Begoña Santana Vera, planteó la misma demanda que la fiscal.

El abogado de la defensa, Carlos Pérez-Godiño, solicitó para José Miguel Mendoza una pena de cárcel de 20 años.

Ahora, habrá que esperar por la sentencia que emita el magistrado de la Sección V de la Audiencia Provincial Francisco Javier Mulero Flores.

Los familiares y amigos de la víctima mostraron su satisfacción después de escuchar el veredicto y salir de la sala 12 del Palacio de Justicia. Entre lágrimas y abrazos no podían disimular su alegría porque el Tribunal del Jurado considerara probadas las tesis defendidas por la acusación particular, sobre que hubo ataque a traición y que se hizo sufrir a la víctima.

Luz Marina: "Ya podemos descansar"

Una de las hermanas de Guacimara que más afectada ha estado durante el proceso judicial es Luz Marina Rodríguez. Ayer se le saltaron las lágrimas tras la lectura del veredicto y se abrazó con todos sus hermanos, así como con amigos y vecinos, que han estado en las tres sesiones del juicio. Una vez en el exterior del Palacio de Justicia, Luz Marina manifestó que después de estar más de un año y medio "desesperados", "ya podemos descansar tranquilos". La hermana de la fallecida se mostró esperanzada en que el veredicto de culpabilidad leído ayer contribuya a que la autoridad judicial le retire a José Miguel Mendoza Arzola la patria potestad de los hijos que tuvo con Guacimara, que tenían en el momento de los hechos 7 y 5 años. También valoró positivamente la posibilidad de que, a partir de ahora, el magistrado en su sentencia les otorgue la orden de alejamiento de José Miguel hacia los citados niños, así como a la madre de la fallecida, los hermanos y una cuñada. Según Luz Marina, el Tribunal del Jurado "nos ha concedido lo que queríamos". Actualmente, los niños que presenciaron el crimen de su madre están acogidos y tutelados por un tío materno y su esposa. A la espera de la sentencia, ya se ha cerrado una primera etapa en la tragedia de esta familia, pero el dolor seguirá por mucho tiempo.