El autor de la muerte violenta de Guacimara Rodríguez, José Miguel Mendoza Arzola, que fue condenado a 23 años de prisión el mes pasado por asesinato con alevosía y ensañamiento, recurrió la sentencia al considerar que no hubo ensañamiento en su actuación; es decir, que no causó un dolor innecesario.

El letrado de la acusación particular (la familia de la víctima), Jesús León Arencibia, afirmó ayer que impugnó el recurso. Ahora, será la sala de lo penal del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC), con sede en Las Palmas, la que decida sobre este asunto.

Si a la condena de Mendoza Arzola se le quita el ensañamiento, se reduciría de los 23 años que le impuso un magistrado de la Sección Segunda de la Audiencia provincial a otra pena de cárcel, que oscilaría entre los 17 años y medio y los 20.

La sentencia del TSJC también se puede recurrir en casación ante el Tribunal Supremo, según reconoce Jesús León Arencibia.

La familia de la víctima, con su hermana Luz Marina Rodríguez como portavoz, responde que "sentimos un alivio" por lo conseguido en la sentencia, "pero seguidamente entramos en un proceso emocional de tristeza y de vacío, pues la lucha es por una persona que ya no está con nosotros y ahora es cuando realmente vemos que no está y no volverá, nos la arrebataron".

Luz Marina señala que "el peor momento" del juicio "fue el ver a esa persona que compartió nuestra vida y en ningún momento tuvo un sentimiento de arrepentimiento sino se mostró pasota e, incluso, intimidando con la mirada".

Sobre la apelación, Rodríguez dice que, "después de pasar este mal trago donde decaímos emocionalmente todos los miembros de la familia, otra vez volver a estar en tensión a la espera de lo que decidan en esta apelación donde nos exponemos a que se valore la condena".

La familia comenta "que creemos que quedó muy claro lo del ensañamiento, tanto por la descripción que dieron los forenses donde se dice el número de puñaladas y como fueron; el cuchillo utilizado y, sobre todo, delante de sus hijos y de su madre". Por eso, añade que "creemos que sobra valorar nuevamente si hubo o no ensañamiento". Apuntó que "estas personas no deberían olvidar que este individuo destrozó a una familia, la vida de unos menores que se han quedado sin poder disfrutar de su madre y con graves secuelas emocionales, y destrozó también a una madre que vio como su hija nació y murió en sus brazos".