Miembros de la Policía Local de Adeje detuvieron recientemente a un hombre como presunto autor de un delito de hurto en el interior de una nave del polígono industrial de Las Torres.

El mencionado individuo, de origen rumano, trató de sustraer 1.300 euros en tabaco americano y fue sorprendido por personal de la mencionada empresa, que procedió a retenerlo hasta la llegada de las fuerzas de seguridad.

El arrestado había cogido una caja de cigarros de una conocida marca y trataba de pasársela a un compinche que se hallaba en el exterior de la nave.

La maniobra fue detectada por casualidad, ya que el individuo había aprovechado un descuido de varios de los empleados, pero al final no consiguió su objetivo de traspasar la mercancía sustraída.

El individuo fue apresado por agentes municipales de Adeje y su aspecto no es el de un delincuente común que comete hurtos para sobrevivir.

De hecho, a los trabajadores de la empresa les llamó la atención que el presunto autor del delito contra el patrimonio fuera bien vestido, de negro. Pero lo más llamativo es que utiliza un teléfono móvil de "pinganillo" (de los que se llevan en la oreja) para poder comunicarse adecuada y discretamente con el compinche que estaba en el exterior.

Fuentes de la empresa explican que dicho individuo suele acudir a la nave con una mujer muy bien vestida, que se dedican a vigilar la nave y a detectar las salidas más rápidas. En su caso, para despistar a los trabajadores del recinto, realizan una compra de 25 euros, por ejemplo, en bebidas energéticas o una caja de tabaco económico.

Y en el exterior les espera otro varón a bordo de un Mercedes y que porta una tableta.

El propietario de la empresa explico que no era la primera vez que le robaban con ese procedimiento, así como que existen otras empresas de distribución al mayor que también sufren la acción de estos delincuentes especializados. El empresario lamenta que, "de aquí hasta abril, en que estos ladrones vuelvan al Levante o a Baleares, lo tenemos muy duro".

Este dueño de una cadena de establecimientos apunta que los procedimientos para hurtar son varios, como el doble fondo en la parte baja del pantalón del chándal; los bolsos nevera o los bolsos forrados interiormente con papel platina, así como las chaquetas que tienen una manga cosida, para ejercer de bolsa donde se colocan los productos hurtados. Respecto a esta última "modalidad", señala el empresario que la utiliza un matrimonio que reside en Santa Cruz y se desplaza al Sur o a otras islas a robar al descuido de esa manera.

Y, además, señala que hasta tres bandas de carteristas operan en la zona turística.