La Sección II de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife condenó a ocho años y medio de prisión, en total, al británico John Martin Leonard, por tres delitos agravados de lesiones, en uno de los cuales concurre la agravante de alevosía (ataque sin posibilidad de defensa de la víctima) y en todos ellos se estima el atenuante de embriaguez. Así se ha resuelto el ataque que el citado sexagenario realizó a tres compatriotas en enero de 2012 en un bar del complejo de apartamentos Malibú Park, en Costa Adeje.

La sentencia supone un duro revés para el fiscal y los letrados de la acusación particular, que solicitaban para el John Martin Leonard, de 65 años, un delito de intento de asesinato, otro de homicidio en grado de tentativa y un tercero de lesiones graves.

En la misma línea, el Tribunal presidido por el magistrado Joaquín Ástor Landete reduce considerablemente la indemnización por responsabilidad civil que el condenado deberá pagar a las tres víctimas. Si la acusación particular reclamaba 160.000 euros en total (30.000, 50.000 y 80.000 euros), finalmente John Leonard deberá pagar 55.000, de los que 35.000 euros será para Lynn Tracey Gilliard, que ha perdido movilidad en su mano, así como 10.000 euros para Andy Stewart y otros tantos para la esposa del anterior, Wendy, por las lesiones y secuelas sufridas.

La resolución rebaja considerablemente las peticiones hechas por el Ministerio Público y los abogados de las personas afectadas.

El suceso comenzó por una discusión "absurda" en la que el condenado empezó a molestar a uno de los afectados, Andy Stewart, con el argumento de que el bar que tenía en Puerto Colón no sería rentable hasta que se dedicara a vender droga. Stewart le pidió a John Leonard que lo dejara tranquilo. Y el segundo agredió al primero en el baño del local de Malibú donde se encontraban. Posteriormente, el procesado se dirigió a su apartamento, cogió dos cuchillos de grandes dimensiones, uno de carnicero, y se dirigió al bar. En primer lugar atacó por la espalda a Andy, que solo sintió un fuerte golpe en la frente y pensó que había sido con una botella. Después, en defensa de este último acudió su esposa, Wendy, que estuvo a punto de perder una oreja. Y, finalmente, para evitar lesiones más graves a la citada mujer, una amiga de esta, Lynn Tracey Gilliard, que sufrió lesiones de consideración en una mano y ha perdido parte de la movilidad en dicho miembro superior.

euros es la cantidad total que el condenado deberá abonar a las víctimas en concepto de responsabilidad civil por las lesiones y secuelas generadas a Andy y Wendy Stewart, y a Lynn Tracey Gilliard.