La Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife condenó a más de dos años de prisión a un hombre y una mujer, ambos naturales de la República Dominicana, como presuntos autores de un delito contra la salud pública por tráfico de drogas, ya que se probó que estuvieron implicados en la introducción de cocaína en La Palma.

Uno de los procesados, identificado como Braulio Armando G.L., de 29 años de edad, era el encargado de recibir la droga en dicha isla y de distribuirla entre vendedores a pequeña escala. A esta persona se le impuso una condena de dos años y seis meses de prisión, con una multa de 20.000 euros, según la sentencia firmada por la magistrada Esmeralda Casado.

La segunda acusada, N.G.G., de 23 años, fue interceptada en el aeropuerto Tenerife Norte-Los Rodeos, tras llegar en un vuelo procedente de Madrid con más de 30 cápsulas plastificadas con cocaína en la vagina y el ano. A dicha mujer caribeña se le impuso una condena de dos años y tres meses de prisión, así como 10.000 euros de sanción.

Los acusados y las defensas mostraron su conformidad con las solicitudes de pena planteadas por el Ministerio Fiscal.

El descubrimiento del caso comenzó el 13 de marzo pasado, cuando la joven llegó a la terminal de Los Rodeos. Agentes del Cuerpo Nacional de Policía la interceptaron y la mujer reconoció que había viajado con droga en el interior de su organismo. La mujer se extrajo voluntariamente, ante una vigilante de seguridad, más de 300 gramos de cocaína, repartida en diversas cápsulas y diferentes purezas.

La mencionada sustancia estupefaciente hubiese alcanzado un valor de 20.300 euros aproximadamente en el mercado ilícito.

El destino de la joven no era Tenerife, sino un hotel de La Palma, donde debía entregar la droga al hombre implicado en este proceso.

Con el fin de proseguir la investigación sobre este asunto, la mujer continuó su viaje a la Isla Bonita bajo control policial.

El procesado residía en La Palma, donde convivía con una menor de edad que lo ayudaba a distribuir la cocaína que le llegaba de Madrid en los meses previos a su detención.

La menor acudió hasta la habitación donde se alojaba la ahora condenada y después bajó hasta la recepción, donde hizo supuestamente un gesto a Braulio sobre que la mujer podía estar bajo vigilancia policial, para abandonar por separado el establecimiento hotelero.

La menor de edad y el joven procesado salieron del hotel, pero fueron detenidos inmediatamente por las fuerzas de seguridad.