La Sección II de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife condenó a 35 años y ocho meses de prisión a la mujer Ana Isabel C.S., vecina de La Laguna y originaria de la Península, que cometió abusos sexuales y grabó en vídeos pornográficos a sus dos hijas, menores de edad, que en aquel momento tenían cinco y ocho años. Además, no podrá acercarse a menos de 200 metros ni comunicarse con dichas niñas en los próximos 45 años. Y, junto con el otro procesado, deberá indemnizar a cada una de las pequeñas con 50.000 euros por el daño moral causado.

En la sentencia, el presidente del Tribunal, Joaquín Ástor Landete, tuvo en cuenta para la citada mujer la atenuante de confesión y colaboración para ambos delitos: abusos sexuales continuados y utilización de menores para elaborar material pornográfico.

Además, después de salir de prisión, deberá someterse a la libertad vigilada, prohibición de desempeñar cualquier tipo de actividades educativas, formación o de ocio en las que participen menores de edad por un periodo de 10 años.

El otro procesado, José Ll.M., es un ciudadano de Murcia que recibía el material pornográfico con las imágenes en las que aparecían las niñas con su madre o solas. Dicho individuo ha sido condenado, en total, a 38 años de prisión por los mismos delitos que la mujer: dos delitos continuados de abuso sexual y otros tantos de utilización de menores para elaborar material pornográfico.

En los hechos probados de la sentencia se afirma que Ana Isabel C.S. y José Ll.M. iniciaron una relación de amistad a través de internet a partir del mes de abril de 2010.

En el curso de dicha relación, Ana Isabel pretendía abandonar Tenerife para acudir a residir a Murcia con el procesado José. Este individuo, con el fin de ganarse la confianza de la citada mujer, le envió una foto de una persona que no era él.

La citada amistad se desarrolló a través del sistema de mensajería instantánea Messenger.

La mujer acusada en este proceso se masturbaba delante de la cámara web de su ordenador para que la viera José y, además, ella cumplía con todo tipo de requerimientos sexuales que él le reclamaba. Como consecuencia de esta relación, el procesado José Ll. tuvo conocimiento, gracias a los mensajes, de que la mujer tenía dos hijas de 5 y 8 años en aquel momento.

Ana Isabel mantenía una relación análoga a la del matrimonio con el padre de las niñas. Y el domicilio familiar estaba en una calle de La Cuesta.

Desde enero de 2012, ambos procesados utilizaron a las menores para satisfacer sus más bajos instintos sexuales. Durante varios meses, ambos acusados grabaron numerosos vídeos y fotos pornográficas donde las pequeñas eran protagonistas, bien solas, las dos o ambas con su madre.

Las imágenes fueron grabadas con el móvil de la madre y enviadas a José Ll. a través del correo electrónico, por el sistema Skype y de las cámaras web de los ordenadores. Dichas grabaciones se realizaron a pesar de que la hija mayor de la condenada le decía que "no querían hacerlo", pero su madre la amenazaba con pegarle y las advertía para que no contaran nada de lo que sucedía.

las claves

Los dos condenados deberán indemnizar a las dos víctimas con 100.000 euros en total, la mitad para cada una de las hijas de Ana Isabel C.S.

Las abogadas defensoras de la madre explicaron que la acusada actuó influenciada por el otro procesado, que le había prometido "llevar una vida más cómoda".