La Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife ha condenado con cuatro años de prisión y a pagar 53.000 euros de indemnización a un vidente por estafar a dos hermanos, al aprovecharse de la vulnerabilidad y la ignorancia de estos parientes.

El condenado convenció a las víctimas de que sanaría a un familiar de los dos enfermo de epilepsia, de que interferiría para lograr una resolución favorable en un juzgado y de que la vida de uno de ellos corría peligro, según los hechos probados que aparecen en la sentencia.

La sentencia judicial, a la que ha tenido acceso Efe, refleja que estos dos hermanos, de unos cuarenta años de edad, acudieron a la consulta de ocultismo y misticismo para contratar sus servicios, pues creían que sufrían un conjuro porque encontraron un animal muerto y otros elementos que identificaron con brujería.

Durante las entrevistas, el vidente constató la vulnerabilidad y la ignorancia de los dos hermanos, la grave preocupación que tenían por la posible pérdida de una finca y que ambos cuidaban de otra hermana enferma de epilepsia.

Durante las primeras consultas, en las que los hermanos pagaron cantidades de 600, 1.500 y 4.000 euros, el vidente tomó conciencia de la "facilidad con la que podía aprovecharse" de los dos.

Según los hechos probados en el juicio, el estafador convenció a uno de los dos de que su vida estaba en peligro, de que iba a sufrir un inminente accidente fatal y de que la magia que sufría podría agravar la salud de su hermana.

Haciéndoles creer que podía evitar las desgracias y curar a su hermana, los estafados pagaron 18.500 euros por cuatro consultas.

Además, tras conocer la existencia del procedimiento judicial por el que los hermanos podían perder una finca, el vidente hizo creer que podía mediar por medio de un familiar, del que dijo que era juez, y de otro que era notario, para lograr una resolución favorable, para lo que los hermanos pagaron cerca de 20.000 euros.

El condenado les entregó un papel que les hizo creer que se trataba de un documento que reflejaba la resolución favorable de sus problemas legales, mientras que les convenció de la necesidad de continuar con la actuación para evitar desgracias, sanar a la hermana y asegurar la conservación de la finca.

En las consultas posteriores les cobró 8.000 y 3.700 euros y, como consecuencia de todos esos pagos, uno de los estafados perdió la totalidad de sus ahorros personales y tuvo que sacar dinero de la librera de ahorros de su madre para afrontar el último pago.

El otro afectado, tras haber desembolsado una cantidad superior a 30.000 euros, perdió los ahorros que habían acumulado durante su vida.

Según defendieron los afectados, la estafa del vidente superó los 70.000 euros, pero solamente pudieron acreditar algo más de 50.000 euros con los recibos que recibieron del vidente.