El magistrado presidente del Tribunal del Jurado que juzgó al autor de los tres crímenes de Piedra Hincada, en Guía de Isora, impuso al acusado, el caboverdiano José Antonio Gomes Soares, una condena de 69 años de prisión en total por los asesinatos de sus suegros y su propio hijo, que tenía cuatro años y recibió decenas de puñaladas. El juez ha impuesto una pena de 23 años de prisión por cada una de las tres víctimas de un hecho que conmocionó a la sociedad canaria en marzo del 2013.

El magistrado asegura en la sentencia, a la que tuvo acceso EL DÍA, que en el procesado concurren la circunstancia agravante de parentesco de los fallecidos, así las atenuantes de confesión de los hechos y la analógica de alteración psíquica leve.

Además, Gomes Soares no podrá residir en Tenerife ni aproximarse a menos de 500 metros ni comunicarse con la que fue su esposa hasta el día de los hechos y la hermana de esta durante los próximos 74 años.

El magistrado José Luis González impone, además, al condenado que deberá indemnizar a la madre del niño asesinado con 270.000 euros, así como otros 160.000 euros a la otra hija del matrimonio fallecido de forma violenta.

A dichas cantidades habrá que añadir el valor de los tratamientos psiquiátricos a los que se han sometido ambas mujeres después de la tragedia por la que pasaron hace más de dos años.

Hasta tal punto fue así que la tía del menor sí pudo testificar en el juicio, aunque sin presencia de público ni medios de comunicación; pero la madre del menor de 4 años no pudo hacerlo, ya que permanecía en esas horas y días ingresada en la Unidad de Psiquiatría del Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria (Hunsc) y el jefe del departamento comunicó que no se hallaba en condiciones de declarar.

El juez advierte en el fallo de que la resolución no es firme y contra la misma cabe interponer recurso de apelación ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) en los próximos 10 días tras su notificación.

Según reafirmaron la fiscal delegada de Violencia de Género, Francisca Sánchez, y las acusaciones particular y popular, ejercida por el colectivo Laxhsmi, José Antonio Gomes Soares y su mujer estaban a punto de separarse cuando ocurrieron los hechos. Y el citado ciudadano de origen caboverdiano decidió vengarse de su mujer atacando a los seres que más quería: sus padres y su hijo en común, que, según todos los investigadores, fue el último en morir, el que más sufrió y el que más puñaladas recibió.

Durante el juicio, Gomes Soares alegó que se sentía ninguneado por su mujer y la familia de esta. Aseguró que no se acordaba de lo que ocurrió esa fatídica tarde, pero sí de otros detalles de esa jornada.

El ataque a su suegro se produjo a pesar de que este había intervenido para que regresara a su vivienda, donde ya residía su hija, tras una primera separación de la pareja.