La mujer acusada de matar a su hijo recién nacido en La Orotava en agosto de 2013 manifestó ayer que, hasta el momento mismo del parto, desconocía que estaba embarazada y negó de forma reiterada que matara intencionadamente al bebé. La procesada María Zenobia L.M., de 44 años y vecina de un barrio orotavense, sí aseguró ayer ante el magistrado de la Sección II y el Tribunal del Jurado que, tras comprobar que el pequeño no respiraba, lo metió en dos bolsas y lo tiró en un contenedor de basura. El cuerpo apareció en el vertedero del complejo medioambiental de Arico (PIRS) y una investigación de la Guardia Civil permitió localizar a dicha mujer, así como confirmar que era la madre del niño, gracias a las pruebas de ADN.

La procesada estuvo meses sin tener su menstruación y en julio acudió al centro de salud de Barroso preocupada por esta situación. Un médico que sustituía a la doctora titular atendió a María Zenobia. La paciente no le dijo que estuviera embarazada, al profesional tampoco le pareció que lo estuviera y, por tanto, le recetó un fármaco para corregir la situación.

El 8 de agosto, la mujer volvió a acudir a dicho recurso sanitario, pero esa vez porque llevaba un mes con una pérdida de sangre diaria de escasa cantidad. Esa vez ya la atendió la médico de familia que la trataba de forma habitual.

La profesional señaló que le retiró el fármaco que le recetó su compañero y que la mandó a hacerse un análisis porque suponía que tenía un trastorno anémico. Esta doctora se fio de la palabra de la paciente y en el centro de salud no tenían posibilidad de hacerle una prueba ginecológica.

Una vez que se destapó el caso, esta trabajadora del Servicio Canario de Salud (SCS) definió a la hoy acusada como una mujer que hablaba poco en la consulta y con una forma de ser "algo primitiva o bruta", así como con escasa formación.

Los hechos ocurrieron el 23 de agosto, cuando María Zenobia estaba en la vivienda donde trabajaba en las tareas del hogar.

Ayer aseguró que, instantes antes del parto, pensó que le había llegado la menstruación, por lo que acudió al cuarto de baño.

El recién nacido cayó al inodoro y ella lo cogió, pero se le volvió a caer, según el relato ofrecido ayer por parte del abogado de la defensa.

A preguntas de la fiscal delegada de Violencia de Género, Francisca Sánchez, la mujer señaló que únicamente oyó llorar al niño una vez. Y después lo cogió por sus brazos y lo sacó del inodoro, pero se percató de que ya no respiraba.

Después tiró la placenta al retrete.

La procesada señaló que metió el cuerpo del recién nacido en dos bolsas y lo llevó hasta un contenedor de basura próximo a la vivienda en la que ocurrió el parto. A preguntas de la fiscal, María Zenobia explicó que "no sabía qué hacer con él". Previamente, al ser preguntada por qué tiró el cuerpo a la basura, la acusada mencionó el nombre de un varón, Santiago, pero la fiscal la cortó en seco para recordarle que, en ese momento, dicho hombre no estaba allí.

Posteriormente, regresó al baño de la casa en la que trabajaba para limpiarlo con una fregona y evitar dejar rastro del parto.