La Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Santa Cruz de Tenerife prosigue las investigaciones vinculadas al desmantelamiento de una red de estafa a comerciantes chinos con la detención de cuatro personas y la imputación de un director de una entidad bancaria.

Así, la Guardia Civil ha detenido al propietario de una imprenta en Santa Cruz de Tenerife donde se llevaba a cabo el trabajo de falsificación de los documentos oficiales necesarios para poder exportar los contenedores con destino a China.

El objeto de esas falsificaciones era doble, señalan los agentes. Por una parte se lograba engañar a los organismos aduaneros españoles para poder exportar los contenedores y por otra parte se lograba engañar a los compradores chinos haciéndoles creer que los contenedores transportaban la mercancía que ellos habían adquirido y pagado.

Esa imprenta ha sido registrada y se ha intervenido abundante material informático utilizado para confeccionar las falsificaciones, así como otro que se encontraba dispuesto para posibles nuevos envíos, procediéndose en consecuencia al precinto de la empresa.

El segundo detenido ejercía la función de relaciones públicas y traductor de inglés con los comerciantes chinos, además de representar al grupo criminal en algunos de los viajes de negocios por toda Europa. Uno de los beneficios obtenidos por esta intermediación fue un turismo de alta gama valorado en unos 45.000 euros.

Asimismo, se detuvo a uno de los empleados del grupo empresarial MGD que realizaba funciones de administrativo y era el ''brazo burocrático'' del grupo y canalizaba la documentación falsificada necesaria para cometer las estafas.

También fue detenido un hermano del jefe del grupo criminal MAC, quien llevaba a cabo la dirección de los empleados de la empresa y el control de la carga y descarga de los contenedores, entre ellos, la preparación de aquellos que transportaban productos diferentes a los adquiridos por los comerciales chinos.

Los agentes también imputaron a un director de entidad bancaria al considerar que podría haber facilitado al grupo empresarial vías financieras para blanquear el producto de sus estafas.

La investigación aún no ha finalizado, pero ya puede señalarse que existen ramificaciones de este grupo criminal en la Península, con potenciales víctimas en otros países (además de China) como Holanda, Alemania, Irlanda, Senegal, India o Israel.

Se trata de una investigación de carácter económico y con un alto grado de complejidad, debido a que el grupo criminal se servía de ingeniería financiera y comercial para llevar a cabo las estafas y prolongar todo lo posible los plazos de entrega de la mercancía con objeto de dilatar el descubrimiento del engaño y lograr así aumentar el número de contenedores irregulares facturados y cobrados.

Según la Guardia Civil, no dudaban en falsificar cualquier tipo de documentación bancaria, aduanera, sanitaria o comercial al objeto de poder justificar las supuestas compra-ventas que realizaban a nivel internacional, considerando hasta la fecha que habrían alcanzado un beneficio de varios millones de euros.

En el desarrollo de las investigaciones y explotación de esta nueva fase de la ''Operación LED'', y como fruto de la colaboración e intercambio de información entre cuerpos policiales y aduaneros, han trabajado mano a mano componentes de la Guardia Civil junto con los propios del Cuerpo Nacional de Policía y División Adjunta de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria.

Fruto de esa coordinación y estrecha relación, se ha logrado obtener un mayor volumen de información, reducir tiempos de actuación y ampliar el conocimiento sobre el entramado de este grupo criminal. La operación permanece abierta y no se descartan nuevas detenciones. ENGAÑABAN CON CERVEZA

La ''Operación LED'' se inició a finales del mes de abril cuando saltó la alerta en Tenerife sobre un grupo empresarial que estaba enviando una importante cantidad de contenedores desde Tenerife hacia varios puertos de China, teóricamente cargados con una conocida marca de cerveza europea, cuando realmente sólo estaban cargados de agua mineral o, a lo sumo, de ''palets'' de otro tipo de bebidas de inferior valor.

La actuación fue decisiva puesto que se logró conocer y localizar a varios de los implicados en el grupo criminal, se pudo paralizar la actividad comercial, se procedió a bloquear un importante número de cuentas bancarias controladas por el grupo empresarial, se recuperaron bienes obtenidos de los beneficios de las estafas, inmovilizaron los contenedores que estaban preparados para su carga en el puerto de Tenerife, así como otros que se encontraban aún en tránsito por diferentes puertos repartidos por todo el mundo.

Además, en esas primeras actuaciones se llevó a cabo de igual manera una entrada y registro en una nave industrial ubicada en el polígono de La Campana (sede operativa del grupo criminal), donde se intervinieron una importante cantidad de vehículos y mercancía obtenidos de igual manera de la actividad fraudulenta, así como un elevado número de ordenadores, teléfonos y documentación, los cuales han sido vitales para poder desenmarañar el complejo entramado y operativa de este grupo criminal, con actuación en diferentes sectores comerciales y a escala internacional.

Tras haber paralizado la actividad comercial y analizados todos los efectos intervenidos en la primera fase de la operación, se ha podido constatar que la operativa delictiva, aunque dirigida por un hombre ya en prisión, precisaba de la participación de un grupo de personas que colaboraban de forma continuada en la actividad delictiva.