Una mujer de 53 años de edad falleció en la madrugada de ayer junto al Pancho Camurria, a la altura de la salida de la capital tinerfeña por la Autopista del Norte. Fue la primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Santa Cruz, la popular Zaida González, quien informó de los hechos durante la inauguración de la oficina de seguridad que entró en servicio ayer en Añaza.

"Tenemos que comunicar la triste noticia de la muerte de una mujer por causas no naturales en una caseta cercana al pabellón Pancho Camurria", dijo Zaida González, para añadir: "Tras un aviso al 1-1-2, la Policía Nacional levantó el cadáver a las cinco de la madrugada de una persona que recibía un tratamiento de metadona y la atención del IMAS y de la UMA, así como del servicio social del cercano Centro Municipal de Acogida".

La concejala reformó el compromiso de "los servicios sociales municipales de atender a las más de treinta personas que habitan el asentamiento del Pancho Camurria".

El vicepresidente de asociación de vecinos Azorín, Samuel García, se hizo eco de la versión que le facilitó una de las personas que se han instalado en el Pancho Camurria. Según esta versión, Esperanza, que dormía en un colchón cercano a donde estaba la indigente que falleció, fue despertada por Jordi. Este asturiano, sobre las 00:30 horas de ayer, se percató de que su pareja, de nombre Jaquelin, no respiraba, y acudió a Esperanza para solicitarle ayuda. De inmediato, según la versión que facilitó esta última al vicepresidente de la asociación de vecinos Azorín, llamaron al 1-1-2, que en cuestión de minutos envió una ambulancia para trasladar a la mujer, sin que nada se pudiera hacer por salvar su vida. Al parecer, Jaqueline había "establecido su residencia junto a su pareja cerca del Pancho Camurria hace un año, cuando se trasladó a la capital desde el Sur. Su vecina de colchón explicó que estaba en tratamiento, por lo que tomaba pastillas.

Según lo que recuerda Esperanza de su conversación con Jaquelin, tenía familia en Inglaterra, donde aseguraba que vivía su padre, de unos 80 años, así como unos sobrinos, con los que no guardaba buena relación. Ayer, la activista Ana Medina, después de conocer los hechos, aseguró que advirtió al concejal de Servicios Sociales de este caso en el mes de julio; "me pidió tiempo, que esperara al día 1 de agosto que entraba en vigor el nuevo convenio para duplicar el servicio del UMA. Le advertí que no le daría tiempo", dijo Medina.

Por su parte, Eloy Cuadra lamentó que se sucedan los políticos de diferentes colores y no exista una solución. "Solo han querido poner parches, como el alquiler de 6 meses, pero esto necesita una solución personalizada para cada caso".