Los médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de Santa Cruz de Tenerife desmontaron ayer las tesis planteadas por la acusación particular y por la defensa en el caso del homicidio del médico José María Banús, cuyo juicio comenzó el pasado lunes y en el que está acusado el joven senegalés Cheikh Tidiane Ndiaye, de 23 años en la actualidad.

Los profesionales que realizaron la autopsia al cadáver del conocido traumatólogo de origen catalán explicaron ayer que, desde su punto de vista, el estrangulamiento inicial de la víctima se produjo cuando el autor se hallaba de frente a Banús.

Además, están convencidos de que la asfixia mecánica se realizó con una sola mano, la derecha, pues el pulgar derecho del autor estaba en el lado izquierdo del cuello del afectado.

Con ese planteamiento, se desmonta la hipótesis planteada desde el comienzo por la letrada de la acusación particular, que defiende la idea de que el ataque se efectuó cuando la víctima estaba de espaldas al atacante y sin opción de defensa. La abogada del hijo y la exesposa de Banús planteaba la existencia de alevosía y, por lo tanto, que llegó a existir un delito de asesinato y que la pena de cárcel debía llegar a los 20 años.

Además, los médicos del Instituto de Medicina Legal dijeron que no apreciaron lesiones en la espalda de Banús.

Otra de las conclusiones de dichos peritos fue que el fallecido, de 67 años, tenía varias lesiones compatibles con un acto de defensa, tanto en un nudillo de una mano, como en los antebrazos.

Una de las hipótesis barajadas ayer fue que la víctima, al sentir que lo estaban estrangulando, trató de defenderse y el agresor lo frenó con la mano que le quedaba libre. Tanto la forense que tomó parte en el levantamiento del cadáver en el barrio de Fátima en octubre del 2013 como los que efectuaron la autopsia coincidieron en que el cadáver presentaba claras muestras de haber sufrido asfixia mecánica por estrangulamiento, que fue el motivo del fallecimiento.

Además, consta que el sexagenario sufrió hasta tres golpes de carácter violento en la cabeza, aunque ninguno fue lo suficientemente fuerte como para fracturar el cráneo.

La forense que analizó el cuerpo en primer lugar apreció que el fallecido fue vestido de forma apresurada y con poco cuidado, con botones fuera de su lugar en camisa y pantalón. Sobre posibles enfermedades de tipo respiratorio o cardiovascular que pudiesen haber influido en el fallecimiento, los médicos forenses, desde el Instituto de Toxicología rechazaron tal posibilidad y de que hubiese una causa-efecto entre dichas patologías y el motivo de la muerte.

Sobre una pequeña herida hallada en el lado izquierdo del cuello de la víctima, los profesionales del Instituto de Toxicología hablaron de que se trataba de una uña que quedó marcada en la piel.

Los médicos de dicha institución señalaron que en las uñas de la víctima no se hallaron restos de ADN del agresor. Además, ayer quedó claro, una vez más, que el doctor José María Banús ya estaba muerto cuando fue introducido en el asiento trasero de su vehículo, en el que el cadáver fue trasladado hasta el barrio de Fátima, en Güímar.

las claves

La víctima sufrió tres golpes violentos en la cabeza, pero ninguno fue lo suficientemente fuerte como para causar una fractura en el cráneo, según los forenses.

El objeto del veredicto se entregará a los miembros del Tribunal del Jurado en el transcurso de la mañana de hoy por decisión del magistrado.