El acusado, el denunciante y uno de los testigos en el caso del guardia civil denunciado en Garachico por supuestos insultos e injurias a su sargento coincidieron ayer en que el asunto no tenía que haber llegado al Juzgado Togado Militar y que debía resolverse con una sanción disciplinaria. Pero ayer fue el juicio y el acusado, que ya está en la reserva, negó los hechos de los que le acusó el sargento, jefe del puesto garachiquense.

Ayer quedó claro que entre las partes no había buena relación con anterioridad a los hechos, con cierta falta de comunicación y discriminación en la asignación de servicios, según el acusado. La situación llegó a tal punto que el mando decidió abrir un expediente al agente. Y el problema surgió presuntamente al pedirle que firmara la notificación de la apertura del informe.

El sargento lo llamó a su despacho en septiembre de 2014, y, tras pedirle que firmara, el mando aseguró en la denuncia que el guardia le dijo: "Yo me jubilo en febrero y me quedó en la demarcación. Tú vas a caer conmigo. Te voy a hacer la vida imposible. Te voy a arruinar la vida, cabrón".

Y, supuestamente, tales palabras fueron pronunciadas con una actitud amenazante.

Ayer, el denunciante intervino por videoconferencia, pues se halla estos días en la Península. En su declaración, quitó gravedad al caso. Dijo que sus acciones fueron fruto del nerviosismo del guardia y de que no era consciente de las consecuencias de su comportamiento. Dijo que las supuestas amenazas las dijo en "un tono normal y bajo". El sargento comentó que, si presentó denuncia, fue por asesoramiento jurídico recibido en la Comandancia de Santa Cruz, donde se consideró que los hechos pueden ser considerados un delito. Pero dejó claro que, a su juicio, el caso debía resolverse con una medida disciplinaria y no llegar al juicio de ayer. Un cabo primero que ayer ejerció de testigo confirmó la actitud de insubordinación del guardia y sugirió al sargento que lo quitara del servicio durante 4 días porque no estaba en condiciones de trabajar.

Otros dos guardias civiles que estaban en el cuarto de puertas cuando ocurrieron los hechos, a escasa distancia del despacho donde sucedieron los hechos, negaron escuchar o ver una actitud amenazante y de insubordinación del agente procesado.

las claves

La capitán fiscal jurídico militar insistió en pedir 5 meses de prisión para el guardia, al quedar probado que insultó y amenazó al sargento, aunque este no se sintiera intimidado.

La letrada de la defensa reclamó la absolución, entre otras cosas porque, al no haber testigos en el despacho, solo hay dos versiones contradictorias.