El magistrado Juan Carlos Toro Alcaide, de la Sección VI de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife, ha impuesto una condena de 13 años de prisión para el joven senegalés Cheikh Tidiane Ndiaye por el homicidio del conocido médico José María Banús en octubre de 2013, cuya muerte se produjo en la casa del procesado en Los Realejos, a pesar de que el cadáver se halló en Güímar.

Tras el veredicto del Tribunal de Jurado, que consideró culpable del hecho al citado subsahariano, ayer se supo que Tidiane deberá indemnizar con 200.000 euros al hijo del fallecido en concepto de responsabilidad civil.

En la sentencia, a la que tuvo acceso EL DÍA, se determina que el condenado también pague las costas procesales, incluidas las de la acusación particular.

En cualquier caso, el magistrado hace saber a las partes que la sentencia no es firme y contra la misma cabe recurso de apelación ante la sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Canarias en los próximos diez días.

Como hechos probados se determina que Cheikh, tras mantener relaciones sexuales con la víctima y con el propósito deliberado de buscar la muerte del traumatólogo de origen catalán, o aún no pretendiéndola directamente, previó razonablemente que tal agarre por el cuello y la presión posterior a la víctima ocasionaría la muerte por estrangulamiento, a pesar de lo cual no desistió de su acción. Además, en la sentencia se asegura que el procesado "se valió de su fortaleza, estatura y pericia en artes marciales".

Otro de los aspectos tenidos en cuenta por el Tribunal del Jurado primero y por el magistrado después consiste en que, para facilitar la ejecución de los hechos, el acusado se valió de la "confianza" que tenía con José María Banús, "por la relación amorosa que ambos mantenían". Básicamente, en la condena y la responsabilidad civil, el juez Juan Carlos Toro coincide en la resolución con el planteamiento de la fiscal.

El magistrado, en base al informe forense realizado por tres profesionales, determina que no hubo un golpe con un objeto antes de que tuviera lugar el estrangulamiento ni un ataque por la espalda, como sugirió la acusación particular.