María Isabel Véliz, la madrina de Asunta, la niña de 12 años encontrada muerta y con evidentes signos de violencia en una pista forestal de Teo (A Coruña), ha declarado esta noche en el juicio que su ahijada gozaba de una "salud magnífica" y ha subrayado que sí padecía de alergia.

"Yo algo de alergia en la primavera tengo oído que tenían todos, pero ella (Asunta) también", ha expuesto en la maratoniana sesión de la vista oral que ha acogido este martes la Audiencia compostelana, refrendado de este modo la versión ofrecida por los padres de la adolescente, aunque con matices.

Así, a pesar de haber pasado con la menor buena parte del período estival, María Isabel ha asegurado hoy que ella nunca tuvo que administrarle medicación alguna, "medicación no, yo no le di nada -ha dicho-, estaba como un roble" en el verano de 2013.

Esta amiga íntima de la familia Porto-Basterra, que pasó el mes de agosto en compañía de la pequeña en el piso que la propia Véliz posee en Vilanova de Arousa (Pontevedra), ha descrito a Asunta como "una niña espabilada y muy aguda", aunque reservada.

También ha destacado lo "fantasiosa" que era la niña y ha recordado que en numerosas ocasiones contaba historias para asustarla, algo para lo que incluso se disfrazaba de bruja.

Esta mujer, la madrina de Asunta, fue la que el día de la muerte de la cría, el 21 de septiembre de 2013, se quedó en casa de la madre de la víctima, Rosario Porto, mientras que Alfonso Basterra y su ex y madre de la niña denunciaban la desaparición de Asunta.

María Isabel fue la segunda persona a la que, de hecho, llamó Rosario Porto tras contactar con Alfonso Basterra.

Esa fatídica tarde noche, ha declarado María Isabel Véliz, la madre de Asunta la telefoneó en dos ocasiones, primero para comprobar que la niña no estuviese en su casa, y la otra vez para ver si podría desplazarse a la vivienda familiar situada en el centro de Santiago en la que vivían Rosario y Asunta para quedarse allí por si volvía la cría.

Ante esta llamada, la madrina de Asunta salió "corriendo" y ha contado, ante el tribunal que juzga el caso, cómo se sintió: "Yo me quedaba (en la casa de Rosario Porto) por si llamaban por teléfono para pedir el rescate, esa era mi obsesión".

Los padres de Asunta, la abogada Rosario Porto y el periodista Alfonso Basterra, internos en el penal coruñés de Teixeiro desde hace más de dos años, son los únicos acusados del asesinato de esta menor, a la que adoptaron cuando no había cumplido doce meses.