Fuencaliente es un pueblo tranquilo del Sur de La Palma que no llega a los 2.000 habitantes. La serenidad de su vida cotidiana entre pinos y viñas se vio cortada de golpe el pasado sábado por el terrible asesinato de uno de sus vecinos, Cándido, o mejor Candito o Candoyo, como lo llamaban sus conocidos.

El estupor, la indignación y la sorpresa del primer momento dieron paso a la intranquilidad de que algún loco anduviera suelto sin control. La realidad, según las diferentes fuentes consultadas por EL DÍA, es que la Guardia Civil ha detenido a tres personas. Un hombre, que responde por las iniciales de F.P.A. y dos mujeres, madre e hija, C.H.H y C.R.H, que supuestamente podría presentar un leve retraso mental, con residencia en Los Llanos de Aridane. Las razones del asesinato siguen siendo una incógnita. El "caso", bajo secreto sumarial.

El perfil de Candito era el de un hombre al que la suerte le jugó malas pasadas en aspectos de su vida, pero al que la fortuna también favoreció. Así, resultó agraciado por un sorteo de la lotería, también recibió una indemnización tras sufrir un accidente (las fuentes no aclaran qué fue antes).

Lo ganado le permitió ayudar a su madre, con la que vivía en la casa donde tuvo lugar el crimen, a reparar la vivienda o a comprar electrodomésticos. Fue "el dinero mejor invertido en su vida", apuntan. Lo perdió todo y hacía trabajos eventuales para el ayuntamiento.

A sus 57 años siempre le acompañó una estética rocker o motera que durante un tiempo incluyó un potente vehículo de dos ruedas para lucir por la calle principal del pueblo. Era un hombre conocido y sin enemigos declarados. Alguna gamberrada producto y efecto del alcohol no impide que cualquiera al que se le pregunte diga: "No se merecía algo así. No le hacía daño a nadie". Las características casi "gore" del crimen han hecho aumentar la perplejidad.

Nadie se explica qué pudo ocurrir esa madrugada en Los Canarios aunque se haya hablado de ajuste de cuentas o un asunto sentimental.

Los datos aportados por un hermano (tiene tres, dos varones y una hembra, esta en la Península) que vio huir a los supuestos asesinos por la huerta anexa a la vivienda y el "chapucero" "modus operandi" al ocultar posibles pruebas fueron claves para la rápida detención.

El pueblo de Fuencaliente espera respuestas.