David Batista apareció sobre las 9.30 horas en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 1 de Santa Cruz de La Palma, esposado y custodiado por la policía. Gorra blanca, pantalón corto vaquero, camisa oscura, cholas, mirada al suelo... quemaduras en el lado derecho de su cara y en el cuero cabelludo, también en un brazo y en las piernas, con vendas aún colocadas en las zonas de su cuerpo más dañadas, heridas que se provocó en la mañana del pasado día 10 de julio, cuando supuestamente (término de obligado uso legal hasta que sea condenado) asesinó a su novia, Laura González, después de rociarla con gasolina y prenderle fuego en una tienda de Santa Cruz de La Palma, en plena calle Real, donde la víctima trabajaba.

La policía decidió acordonar el acceso al juzgado, en la calle Pérez de Brito. También los callejones que "mueren" en el edificio judicial. El despliegue hizo imposible acercarse al imputado por asesinato. Ese era el objetivo. Un día antes se habían difundido mensajes a través de las redes sociales y vía WhatsApp que invitaban a la población a una concentración a la entrada del joven, de 27 años de edad. David Batista fue trasladado antes de lo previsto, cuando aún faltaba una hora y media para que comenzara su declaración.

Unas 200 personas, quizás 250, se colocaron tras las vallas situadas estratégicamente por los agentes. Entre ellos, el padre y la madre de Laura González. Se metieron en un zaguán de un inmueble ubicado cerca de la Placeta. Quién sabe lo que pasaba por sus cabezas. Quizás todo, tal vez nada. La imagen de aquel instante era desgarradora. "Asesino, asesino"; "no estabas loco, sabías lo que hacías"; "no es presunto, es asesino", "La Palma no te quiere", "todos somos Laura"... fueron algunos de los gritos de los concentrados (familiares, amigos y conocidos) que no cesaron de recordar a David Batista, que se encontraba dentro del edificio judicial escuchando con claridad lo que abajo ocurría, el brutal dolor que había causado. Incluso, a su propia familia, que sigue sin comprender su inhumana acción.

Allí se pedía "justicia". Y que al supuesto asesino lo trasladaran fuera de La Palma. Lo más lejos posible, donde su recuerdo se difumine. Yolanda Lorenzo, la tía de Laura González, así lo pidió en medio de la protesta: "Que no se quede en la prisión de La Palma porque sería una injusticia terrible dejarlo aquí y que mi hermana supiera que el asesino de su hija está a dos pasos de su casa".

La situación era tensa. Asesinaron a la joven de la peor manera y su gente no olvida. La recuerdan. En medio de gritos, "no lo protejan, déjenlo en la calle", salió del juzgado la abogada de la acusación particular, Milagros Fuentes, decana del Colegio de Abogados de Santa Cruz de La Palma, informando de que el acusado, David Batista, había optado por no declarar ante la juez que instruye el caso, que ordenó su ingreso provisional sin fianza en la prisión de la Isla, señalando que el imputado se enfrenta a una pena "de entre 15 y 25 años" de cárcel.

Apenas unos minutos después, y por una puerta lateral, aunque con salida igualmente a la calle Pérez de Brito, abandonó el juzgado el supuesto asesino. Esposado y acompañado por policías nacionales, Cuerpo que en todo momento facilitó a los medios de comunicación la toma de imágenes del acusado durante los escasos 2 ó 3 metros que hizo a pie, lejos, fuera del alcance, de aquellos que lo esperaban fuera. David Batista salió con la mirada perdida. Aspecto poco "aliñado". La cárcel era su destino.

"David quemó a toda nuestra familia"

Los familiares, amigos y conocidos de Laura González pedían a gritos a la policía que no protegieran al supuesto asesino de la joven, que, al menos, recorriera a pie un tramo de la calle donde las 250 personas se encontraban concentradas, sin colocarle un vehículo a la puerta del juzgado para evitar males mayores. Sí, era rabia por todo lo vivido, por todo lo sufrido. Incluso solicitaban a los medios de comunicación que sacaran imágenes en primer plano del imputado. La tía de la víctima; Yolanda Lorenzo, atendió a los medios de comunicación, afirmando que la madre de Laura González "está totalmente destrozada y abatida", sentenciando con un "no solo ha quemado viva a mi sobrina; ha quemado viva a toda nuestra familia". En declaraciones desgarradoras, subrayó que "mi hermana está como muerta". Sin embargo, sabe que tienen el apoyo de toda la Isla, lo que no es suficiente, pero lo valora: "La sociedad palmera creo que se encuentra dolida, no tanto como nosotros, pero sí consternada, y gritando que no haya más violencia, que haya justicia, por favor".