Más de medio millar de personas tomaron parte ayer en la manifestación desarrollada en el barrio de El Sobradillo en repulsa de la violencia de género y la muerte de Iris Francés, la mujer que fue asesinada el jueves de la semana pasada por parte de su expareja, Carlos Gaspar. Primero de forma silenciosa y después con la expresión del sentimiento por parte de varias de las asistentes, el acto sirvió como dura crítica para las administraciones, especialmente la judicial, por no haber adoptado medidas preventivas ante las diversas denuncias planteadas por la víctima.

La manifestación discurrió por la avenida de Los Majuelos, concretamente en el tramo comprendido entre las proximidades del Muñeco de Nieve y el lugar en el que cayó herida de muerte Iris en la noche del pasado 22 de octubre.

Casi en la cabeza de la marcha estaban presentes los padres de la víctima, Epifanio Francés y Julia, así como las dos hermanas de Iris.

Cabe recordar que la progenitora de Iris, Julia Luis, también recibió varias puñaladas al intentar evitar el ataque mortal a su hija por parte de su exyerno.

Los familiares aguantaron con entereza el recorrido, a pesar de que estaban visiblemente emocionados y destrozados por el dolor.

Tras un recorrido que se desarrolló en apenas 20 minutos y en silencio por parte de los presentes, los gritos de rabia de vecinos y activistas contra la violencia machista se hizo patente al finalizar la manifestación.

Julia Luis expresó palabras de recuerdo para su hija fallecida.

E, inmediatamente, comenzaron los gritos y frases de reproches. Una de las participantes más activas manifestó en voz alta que "cometieron errores todos" y, al preguntar, "por qué no se le puso una orden de alejamiento para el agresor", otra asistente al acto le respondió que "porque no era la hija de la jueza".

Las proclamas continuaron con expresiones como "¡Más justicia!" o "¡Queremos justicia y no mentiras!", por ejemplo.

Varios asistentes expresaron que quienes no apoyaron las demandas de Iris Francés deben "venir ahora y dar explicaciones a la familia". En otros términos se expresaron otras mujeres, que se preguntaron por qué no se le puso al autor de la mortal agresión una pulsera para que no se acercara a su expareja.

Y otra de las presentes aseveró que "tenían que haberla escuchado, que nunca se las escucha [a otras mujeres] porque se piensa que mienten". En esa línea, una manifestante lamentó que "primero tiene que haber sangre para que actúen".

Durante el recorrido de la manifestación y las primeras críticas a las administraciones, estuvo presente el alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez.

Además, otros ediles que acudieron al acto de protesta fueron Zaida González y Carlos Correa, también miembros del grupo de gobierno.

"Tenemos un sistema nefasto e inseguro"

El presidente de la entidad organizadora de la manifestación, Moisés Barreto, de la Asociación de Amigos Echedey (Asae), leyó un comunicado al finalizar la manifestación. En su intervención, Barreto expresó que "esta vez ha ocurrido en el barrio de El Sobradillo". Expuso que "el sistema que tenemos es nefasto e inseguro; Iris ha sido asesinada en este mismo lugar porque el sistema ha fallado". Planteó ante decenas de personas que "una semana antes de su asesinato, nuestra vecina solicitó una orden de alejamiento y la Justicia se la negó porque dicen que no le vieron riesgo; esto es una vergüenza". El portavoz de Asae aseguró que "la Justicia no puede decidir por una mujer que vive presa del miedo, por un peligro inminente llamado violencia de género; si una mujer solicita protección es porque se siente amenazada por alguien que está al acecho, esperando la ocasión perfecta para arrebatarle la vida". Añadió que "los culpables de su asesinato son la Justicia y la Administración". Finalizó aludiendo a que "ahora queda una familia destrozada, unos hijos sin madre...", a la vez que exigió "basta ya, no más violencia de género, tolerancia cero".