El Tribunal Supremo archivó un caso de violación porque la supuesta víctima, una mujer de origen estadounidense, no quiso declarar por videoconferencia en el transcurso del juicio y consideró suficiente su testimonio en la fase previa del proceso.

La mujer había acusado al empleado de un local público de Barcelona de haberla atacado en junio de 2013, cuando la acompañó al cuarto de baño y trató de besarla y abrazarla. Incluso llegó a introducir su mano por debajo de la falda y tocar sus genitales.