A medida que pasan los días tras el macabro hallazgo del cuerpo carbonizado del empresario granadillero Raimundo Toledo, que supuestamente sufrió una retención ilegal y homicidio en el centro de Santa Cruz de Tenerife, surgen nuevos datos que determinan cómo se inició la investigación policial y da idea del sufrimiento por el que pudo pasar la víctima.

Supuestamente, el que hasta el martes era consejero delegado de Petróleos Archipiélago S.A. y propietario de la gasolinera situada cerca del mercadillo del agricultor de San Isidro (en la carretera de El Médano) fue abordado por sus agresores en la esquina de su casa.

Raimundo Toledo intentó escapar de sus captores en la calle 25 de Julio. En ese momento, el afectado pidió auxilio y se produjo un forcejeo con los autores de los hechos. Ese episodio fue observado por una vecina de esa zona de la capital, que, además, identificó al empresario como el hombre alto y delgado que solía pasear a su pequeño perro por las inmediaciones y que vivía en una calle próxima, según una de las fuentes consultadas.

Toledo fue introducido nuevamente en su propio vehículo, el todoterreno Honda CRV, y abandonó la citada zona residencial de Santa Cruz de Tenerife. Eran, aproximadamente, las 20:30 horas del martes.

La mencionada ciudadana que observó el suceso alertó a los servicios de seguridad y emergencias de inmediato, ya que era evidente que algo grave estaba pasando.

Desde ese instante, la sala operativa del 1-1-2 puso los hechos en conocimiento del Cuerpo Nacional de Policía y de la Policía Local de Santa Cruz de Tenerife, que, respectivamente, avisaron por las emisoras a sus unidades por si observaban algún hecho sospechoso por la zona donde empezó el trágico suceso que ha conmocionado a la sociedad tinerfeña.

JoseBolorino.com adelantó en su cuenta de Twitter la existencia de un posible secuestro en una zona residencial de la capital tinerfeña en la noche del martes.

Apenas dos horas después del forcejeo y la retención ilegal comunicada a las fuerzas de seguridad, vecinos de la zona de La Hoya, en San Miguel de Abona, vieron fuego en la ladera de la Montaña de La Centinela (que separa Arona de San Miguel). Unos desconocidos habían tirado el Honda CRV propiedad de Raimundo Toledo aprovechando el espacio libre que queda entre los malecones para recoger la basura del mirador.

Los vecinos alertaron a la Policía Local sanmiguelera y a la sala del 1-1-2, que, a su vez, activó a los bomberos. Los profesionales del Consorcio de Tenerife hallaron un incendio en un coche "muy virulento" y gastaron 1.500 litros de agua en apagar el fuego. Cuando sofocaron las llamas, los bomberos localizaron el cadáver de una persona en el maletero del automóvil.

"Un empresario con sensibilidad social"

Raimundo Toledo fue uno de los socios fundadores de Tinerfeña de Gasolineras S.A., convertida hace algún tiempo en Petróleos Archipiélago S.A., según trascendió ayer. De hecho, Toledo, dueño de la T-Gas de la carretera de El Médano, ejerció como presidente de dicha sociedad durante cinco años (2010-2015). En junio pasado, al cumplirse su mandato decidió dar un paso al lado y dejar que gente más joven dirigiera los pasos de la entidad, que aglutina a 15 estaciones de servicio y una más desde el próximo mes. Desde el pasado verano, Toledo era uno de los consejeros delegados. Salvador Garrido, director general de Petróleos Archipiélago, manifestó ayer que empezó una relación profesional con Raimundo que se convirtió en una profunda amistad. Para Garrido, Toledo "era un hombre extraordinario, con una gran sensibilidad social, que defendía a sus trabajadores". Y explica que "sus trabajadores lo adoraban, por lo campechano, lo cercano y los detalles que tenía con ellos". Para Garrido, "Toledo estaba siempre inquieto, deseando hacer cosas y luchando por su tierra". Sobre su trágica muerte, el directivo de la referida sociedad comenta que "necesitamos" que se esclarezca el asunto y "se descubra a los autores y qué pasó". Añade que "es inexplicable y no llegamos a entender por qué Raimundo sufrió un hecho así". Para Garrido, "si alguien no se merecía esa muerte, ese era Toledo". El director general de Petróleos Archipiélago indica que el empresario granadillero era una persona "que ayudaba siempre". Y una muestra de ello era el patrocinio que brindaba a diferentes clubes deportivos radicados en su municipio natal. Además, fuentes de su personal aclaran que siempre fue una persona amable y dialogante con sus trabajadores, a los que únicamente exigía que cumplieran con su labor. Raimundo era hermano del prestigioso médico José Toledo, especialista en cirugía del tórax que ejerció en Madrid y Londres, que falleció en el año 2009 y que fue distinguido hace muchos años por el Ayuntamiento de Granadilla.