Las dos mujeres de nacionalidad cubana que fueron detenidas en el marco de la operación Centinela por la detención ilegal y el homicidio del empresario granadillero Raimundo Toledo son madre e hija.

Así lo confirmaron ayer fuentes cercanas al caso, cuando se han cumplido tres semanas desde que el propietario de la gasolinera TGas situada en la carretera de El Médano fuera retenido en las proximidades de su vivienda en el centro de Santa Cruz de Tenerife y varias horas después su cadáver apareciera carbonizado en el interior de su vehículo en una ladera de la montaña de La Centinela, en el límite entre San Miguel de Abona y Arona.

La primera arrestada por este asunto que conmocionó a la sociedad tinerfeña fue Sandra P.R., de 40 años de edad. Supuestamente, esta mujer era pareja de un sobrino de la víctima y en la investigación se la considera presuntamente partícipe directa de la agresión y la muerte de Toledo.

Su vehículo fue localizado en las cercanías de la vivienda de Raimundo Toledo con las puertas abiertas y algunas manchas de sangre. La última persona arrestada por los investigadores de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Policía fue Lisandra M.P., de nacionalidad cubana, de poco más de 20 años e hija de la anterior. A esta joven, los agentes y la autoridad judicial la consideran colaboradora de los otros tres acusados. El hombre detenido en Madrid, concretamente en el barrio de Carabanchel, es el joven cubano Alexander R.R., de 29 años de edad. Diego Claudio G.G., de 36 años, fue arrestado el 22 de diciembre en Valle San Lorenzo.