La sociedad de la que eran miembros Raimundo Toledo, sus hijos y, por herencia familiar, un sobrino del primero vendió en octubre del año pasado una parcela estratégicamente situada en el núcleo de San Isidro, en Granadilla de Abona. Supuestamente, la operación se realizó por más de un millón de euros. Sin embargo, de esa cantidad global, había que descontar la hipoteca que pesaba sobre ese terreno. Estos datos fueron aportados por uno de los hijos de Raimundo Toledo en una de las declaraciones realizadas ante el Grupo de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía, que, junto con la Unidad Orgánica de Policía Judicial, investigó el secuestro y el homicidio del empresario granadillero que fue hasta su fallecimiento propietario de la gasolinera T-Gas, situada en la carretera de El Médano.

La parcela está integrada en el plan parcial La Jurada y poco después de la venta en la misma se instaló una franquicia de una conocida multinacional de comida rápida. Desde el entorno de la víctima se preguntan casi desde el mismo día del secuestro y muerte de Toledo si el trágico suceso estuvo relacionado con esa operación mercantil. Pero, por el momento, los investigadores carecen de certezas. Cabe recordar que una de las principales acusadas, la cubana Sandra P.R., de 40 años, era la pareja sentimental del sobrino de Raimundo, que formaba parte de la empresa que vendió la mencionada parcela. Y la mencionada mujer también mantenía una relación muy estrecha con otro de los principales detenidos, Alexander R.R., de 29 años, también cubano. En el coche hallado frente a la casa de la víctima se halló una pistola simulada y cinta de embalar. Al parecer, los tres implicados, que están en prisión, usaron móviles de seguridad para organizar el secuestro de Toledo.

El perfil del caso, por Félix Ríos

El 28 de diciembre de 2015, el criminólogo Félix Ríos publicó en su blog cronicadelcrimen.blogspot.com un perfil provisional del caso, cuando aún el secreto de sumario se encontraba vigente, y que a la luz del alzamiento de éste, ha resultado "acertado parece ser que al completo", según el autor del mismo. El experto indicó "(...) nos encontraríamos probablemente con dos hombres con experiencia y confianza en el enfrentamiento físico y la amenaza, con algún contacto familiar o muy cercano a la víctima, que sirvió de gancho y/o informador, en un crimen ocasionado por una situación que se sale del plan establecido inicialmente, y donde el móvil económico, y posiblemente personal, hizo obrar a los autores con un exceso de celo y confianza, que por alguna extraña circunstancia se vio truncado, obligándolos a mal-improvisar en lo que en criminología llamamos la situación post-delictual (...)". Ríos añade ahora que los implicados son "dos varones, ayudados intelectualmente por, al menos, una mujer, la pareja del sobrino, y como posible móvil del crimen la obtención de un dinero posiblemente derivado de posible venta de un terreno de la sociedad conformada por la víctima, sus hijos y sobrino".