Ayer comenzó el juicio contra un hombre marroquí, Mbarek El Machay, como presunto autor del homicidio de un compatriota en abril del año 2014 en la urbanización Playa Paraíso, en Adeje. La vista se desarrolla con Tribunal de Jurado en la Sección VI de la Audiencia Provincial, bajo la presidencia de la magistrada Esmeralda Casado. El procesado afirmó que no fue el autor de esa muerte violenta, ya que estaba durmiendo cuando ocurrió el trágico suceso, debido al consumo de alcohol y porros, así como a una agresión por parte de su compatriota fallecido.

La muerte del magrebí Ismail Boula ocurrió en la noche del 14 de abril, junto a una infravivienda situada cerca de la avenida Adeje 300. La víctima recibió varias heridas de arma blanca, concretamente en un dedo, en un brazo y en el abdomen. Pereció desangrado tras salir a pedir ayuda.

Ismail Boula tenía numerosos antecedentes policiales y llegó a estar en prisión, según recordaron ayer los abogados defensores, Fernando Mesa y Jaime García de la Cruz. Ambos señalan que no hay pruebas de sangre ni ADN que impliquen al procesado.

Mbarek El Machay estuvo ese día de descanso en su trabajo y decidió ir ese día a un cuarto que tenía junto a la casa de Boula, a pesar de que tiene su vivienda habitual en Las Américas. El Machay señaló ayer que la víctima lo invitó a su casa para beber alcohol. Durante media hora bebieron varias botellas de vino. Y el propio procesado reconoció que también se fumó tres porros.

Ayer indicó que Boula, tras esnifar una raya de cocaína, le dijo que se iba a robar más botellas de vino a un supermercado de Playa Paraíso. Y pasados unos 25 minutos, regresó la víctima a su casa e informó al procesado de que debía irse de allí, porque en el comercio lo pillaron robando y lo amenazaron con llamar a la Policía.

Mbarek indicó que hizo caso a Boula y se fue a su cuarto, que está muy cerca de la vivienda del ahora fallecido. Al parecer, en ese habitáculo se quedó dormido en la cama.

Pasado un rato, hasta el cuarto de Mbarek acudieron dos personas y discutieron de forma muy fuerte. Una de ellas era Ismail Boula y otro era un desconocido, del que solo ha trascendido que se llamaba Said y que podía vivir entonces por la zona de Taco.

Los gritos despertaron a El Machay, que se levantó de su cama y pidió a las dos personas que salieran de allí. El acusado dijo ayer que Boula le dio un puñetazo o un golpe, que lo tiró de nuevo a la cama.

Desde ese momento, el único detenido por el caso dijo que no se enteró de lo que pasó después.

Afirmó que se despertó cuando la Guardia Civil le tocó en la puerta y procedió a su arresto. El arrestado estuvo en prisión preventiva nueve meses y solo salió de Tenerife II tras contratar al letrado Fernando Mesa, quien lo impulsó a hacer su primera declaración ocho meses después del suceso, en la que manifestó que no tenía nada que ver con el homicidio. Hasta entonces, su letrada de oficio le había aconsejado no hacer declaración alguna.

¿Hay o no ADN de Boula en el cuchillo?

Los abogados defensores señalaron que en las uñas del acusado no había sangre ni ADN de la víctima; así como que en las ropas del procesado no había sangre del fallecido. Los letrados de Mbarek explicaron que el cuchillo intervenido (en la imagen) fue remitido al área de Criminalística de la Guardia Civil en Madrid, donde no se halló ADN de Ismail Boula, el fallecido. Pero, al mes siguiente de salir de prisión Mbarek, en febrero de 2015, el Laboratorio de Criminalística del Instituto Armado de Santa Cruz de Tenerife hizo un nuevo análisis al arma blanca requisada y halló restos de ADN de la víctima. Ayer declaró como testigo un tercer marroquí, que trabaja en una finca próxima al lugar del hecho. Aseguró que se dirigía a su casa y Mbarek El Machay estaba sentado ante su cuarto y lo llamó. Estuvieron hablando una media hora, hasta que el acusado, con evidentes síntomas de tener sueño o estar borracho, se fue a la cama. Ese testigo se quedó unos minutos más en el cuarto del detenido. Y manifestó que allí entraron la víctima y otro hombre (el supuesto Said) al que no conocía de nada. Se intercambiaron una bolsita de cocaína y empezaron a discutir fuertemente. El testigo dijo que el único detenido se levantó para pedir a ambos que se fueran de allí. Entonces, el testigo observó que Boula primero empujó contra la pared al acusado y, cuando este cayó sobre su cama, el ahora fallecido le dio "cuatro o cinco patadas fuertes en la cara". El tal "Said" salió primero de allí y detrás se marchó Boula insultando y retando a Said. Después, ese testigo no escuchó ninguna pelea fuera de los cuartos, a pesar de que es una zona tranquila. Otro testigo marroquí que atendió a Boula agonizante señaló que solo pudo entender a la víctima que pronunciaba la palabra "Said".