El 30 de enero de 2015, un vecino de Añaza, Juan Gabriel R.V., fue detenido como presunto autor del incendio intencionado de la caseta en la que residía su expareja en el barrio de Ofra, concretamente en el polideportivo de la calle Mercedes Pinto, en Santa Cruz de Tenerife. Ayer se celebró el juicio por este caso, donde la víctima se reiteró en su declaración de que vio huir del lugar de los hechos al procesado. Y el acusado negó que él fuera el autor de dicho suceso, ni siquiera que estuviera por allí.

El hombre juzgado por la tentativa de asesinato dijo que mantuvo una relación corta, de un par de meses, con la víctima. Dos días antes fue arrestado por una denuncia de la afectada por violencia de género. Y la víspera del incendio se le comunicó al varón que tenía una orden judicial de alejamiento de la afectada.

Según su testimonio, nunca residió con la víctima en la caseta del polideportivo de la calle Mercedes Pinto, ya que vivía con sus padres en Añaza. Y dijo que esa mañana salió de su domicilio, se subió en una guagua y acudió al centro de dispensación de metadona de Ofra. En su momento fue consumidor de heroína y, desde hace 20 años, recibe tratamiento de metadona. La mujer lo acusa de agresiones y amenazas de muerte en las semanas anteriores al suceso.

La persona que estuvo a punto de morir en el incendio comentó que, de madrugada, le tiraron un bote de metadona a la caseta donde residía. Pero fue un incidente al que no prestó importancia.

Fue a las 8:00 horas cuando se despertó entre fuego y humo. Indicó que, tras incorporarse, lo primero que hizo fue subirse a un sillón y asomarse por una ventanilla de la caseta. Según comentó ante policías locales, agentes del Cuerpo Nacional de Policía, la autoridad judicial y un belga que residía en una caravana en las proximidades del lugar de los hechos, en ese momento vio que el acusado se alejaba corriendo de la caseta y salió del polideportivo. Ofreció una descripción física, enumeró algunas prendas de ropa que llevaba el autor y un nombre a los policías locales que acudieron al lugar.

Además, advirtió a los agentes municipales de que dicho varón se podía dirigir al centro de dispensación de metadona de Ofra.

Los funcionarios policiales dieron una batida y localizaron en dicho recurso asistencial al ahora procesado entre dos y tres horas después del incendio.

Llevaba un pantalón y unos tenis que coincidían plenamente con la descripción ofrecida por la mujer.

Sin embargo, en ese momento, el varón estaba aseado y bien peinado. Fue detenido en ese mismo instante por los agentes locales.

La víctima salió de la caseta en la que dormitaba y pidió ayuda al referido belga que estaba por la zona para que alertara a los servicios de emergencias.

Posteriormente, fue auxiliada por su madre, que se ocupa de cuidar y educar a los hijos de la víctima.

Frente a lo manifestado por el procesado, la afectada, de 39 años, dijo que mantuvo una relación con Juan Gabriel R.V. de dos años y medio aproximadamente.

La perjudicada señaló que está absolutamente convencida de que el varón al que vio correr en dirección al exterior del polideportivo era el acusado.

Durante buena parte de su declaración resultó sumamente difícil entender sus palabras, tanto a los magistrados de la Sección V de la Audiencia Provincial, presididos por Francisco Mulero, como a la fiscal, al abogado de la acusación particular y a la defensa.

Ayer, aseguró que no tomaba alcohol ni sustancias estupefacientes.

Su madre expresó ante el Tribunal el sufrimiento que le ha ocasionado la opción de vida que escogió su hija. A preguntas de la fiscal, comentó que no se cree nada de lo que diga su propia hija.

Un inspector del Cuerpo Nacional de Policía aseguró que existe seguridad de que el origen del incendio no fue por un problema eléctrico (La caseta no tenía suministro). Pero la Policía Científica no puede determinar si el fuego se produjo por el uso de un bote con acelerante o por un descuido con una colilla o una vela por parte de la propia víctima. La Defensa solicitó la absolución del acusado por falta de pruebas.