Un equipo de 35 psicólogos atiende en Los Cristianos (sur de Tenerife) a los familiares de los afectados por el derrumbe de un edificio el jueves en el sur de Tenerife, cuyo balance provisional es de seis muertos y un desaparecido.

Hay "mucha incertidumbre, la paciencia va y viene", ha relatado Virginia Sánchez, quien dirige el equipo del Colegio Oficial Psicólogos desplazados a la zona.

Las seis víctimas mortales cuyos cadáveres de Han sido recuperados, cuatro mujeres y dos hombres, son dos de nacionalidad española, dos italiana, una marroquí y una finlandesa, según han informado hoy fuentes municipales.

Desde el pasado jueves, no han parado de llegar al Centro Cultural de Los Cristianos, donde se ha ubicado el operativo de salvamento y asistencia, familiares y amigos de los fallecidos tras el derrumbe de un edificio en esta zona turística de Tenerife, en el municipio de Arona.

Estas personas trabajan en coordinación con el Ayuntamiento de Arona, apoyadas por trabajadores sociales y voluntarios municipales.

Silvia García González, la hija de Flor González, la primera víctima identificada, ha querido agradecer públicamente el trabajo realizado por el equipo de rescate para intentar salvar la vida de su madre, de unos 70 años y nacida en Asturias.

"Así es la vida", explica emocionada, para agradecer "a toda la gente" que ha estado intentado salvar la vida de su madre.

Desde un primer momento los psicólogos actúan con cautela. "Al principio tratamos con personas desaparecidas, pues a las familias les falta información", relata Virginia Sánchez.

La incertidumbre "es uno de los peores estados en el que podemos estar y hasta que no haya información clara no damos datos a los familiares", añade la psicóloga.

La actuación de estos profesionales, que permanecen activos mañana, tarde y noche, es clave en los primeros momentos.

"Tratamos de que hablen y de que canalicen todas las informaciones", asegura Sánchez.

"Son emociones normales y, para evitar que en la medida de lo posible se produzca una patología posterior, tratamos de que las emociones salgan a la luz", relata.

Se establece un protocolo junto con la Policía Judicial para comunicar la información de unos familiares ansiosos de información.

"No abandonan el centro, quieren las noticias de primera mano y saber cuando aparece un cadáver", dice Sánchez.

Mossi, amigo de un vecino marroquí que ha perdido a su mujer, atrapada en el edificio después de haber llevado a sus dos hijos al colegio, expresa la incertidumbre de su compatriota.

Los niños, de unos cuatro y ocho años han quedado en casa de un primo.

"Estamos esperando las noticias para decir lo que puede pasar. Mi amigo mantiene un poquito de esperanza a que le digan algo positivo", relata.

Virginia Sánchez comenta que el acompañamiento psicológico con el afectado se realiza hasta que se identifica el cadáver.

En este caso, "las expectativas van mermando a medida que pasa el tiempo", subraya.

Los familiares, los intervinientes en el rescate, los vecinos de esta zona que vieron como se derrumbaba el edificio sobre las nueve y media de la mañana "no dejan de ser también víctimas de este suceso", argumenta Sánchez.

Recuperarse de lo ocurrido depende de cada uno. "Si pasado un tiempo siguen los síntomas podrían acudir a un especialista", añade la psicóloga.

Y concluye que "los sonidos, olores, imágenes" de esta tragedia pueden quedar en la memoria de estos testigos durante un tiempo.