La jornada de ayer se convirtió en una tensa espera en los trabajos de búsqueda de personas atrapadas en el edificio Julián José, que se derrumbó en la mañana de anteayer en Los Cristianos. De madrugada apareció el segundo cadáver de una mujer y a primeras horas de la tarde se confirmó que el número de no localizados se reducía a cinco. La noticia más relevante de la jornada se produjo en torno a las 23:00 horas, cuando se confirmó el hallazgo y extracción del cuerpo de otra vecina del inmueble y la localización de un varón, después del intenso trabajo desarrollado por bomberos y profesionales de la Unidad Militar de Emergencias (UME). Anoche tres personas continuaban sin ser localizadas. El ministro de Defensa, Pedro Morenés, y el delegado del Gobierno, Enrique Hernández Bento, visitaron el lugar del trágico suceso.

El Ayuntamiento de Arona no ha otorgado, desde el año 2000, ninguna licencia de obra mayor para intervenir en el edificio Julián José, según explicaron fuentes municipales.

El mencionado inmueble fue construido en el año 1972 y los testigos comentan que en el local que un día acogió la sucursal de Banesto se realizaban obras.

Desde el consistorio señalaron que el procedimiento para esclarecer las causas será lento y complejo. La presidenta de la comunidad de vecinos del edificio afectado, Ánima Marrero, confirmó que se realizaban obras y que las mismas se hicieron casi todo el tiempo con la puerta cerrada.

Marrero indicó que las dos veces que entró en el citado local había obreros y que estos le explicaron que no iban a hacer ninguna "obra importante". Supuestamente, según Marrero, los operarios sí tenían intención de bajar los falsos techos y tirar algunos pequeños muros de corta altura, casi en el suelo, existentes en el local.

Ánima Marrero dijo que la antigua sucursal de Banesto ocupaba una zona del edificio comprendida desde la calle Amalia Alayón hasta la parte alta del supermercado oriental que da a la vía Valle Menéndez. La presidenta de la comunidad comenta que acudió a dicho local en obras ante los fuertes ruidos existentes.

Marrero tenía su floristería y su vivienda en el edificio José Julián. En la tragedia del pasado jueves perdió escrituras, fotos, mucha ropa e, incluso, joyas.

Desde hace años existían comentarios sobre las grietas aparecidas en las cristaleras de lo que fue la oficina bancaria y varios ciudadanos apuntaron a que eso podía deberse a un "problema de estructura", según dijo ayer Javier Velázquez, dueño del bar El Escondite. Desde el entorno del centro cultural fueron muchas las personas que se percataron de un inusual silencio en la zona de Los Cristianos próxima al lugar de la catástrofe, generalmente bulliciosa y ruidosa.

En las primeras horas de la tarde de ayer, el balance del suceso era de dos fallecidas y cinco no localizados, después de que en el transcurso de la mañana cuatro ciudadanos se identificaran ante el dispositivo de seguridad.

El delegado del Gobierno, Enrique Hernández Bento, participó ayer en una reunión técnica con el alcalde, José Julián Mena, y el presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso, así como mandos de diferentes cuerpos de seguridad y emergencias, además de técnicos de coordinación.

Al igual que el jueves, Bento señaló que la prioridad, por ahora, es garantizar la seguridad de los profesionales de Emergencias que trabajan en el lugar del suceso, así como ser lo más rápidos posible en el desescombro para recuperar a las víctimas.

Confirmó que ayer se detectó "cierta inestabilidad" en un edificio colindante y apuntó que esa era otra de las preocupaciones de los profesionales que intervienen en la zona.

En el lugar de desescombro trabajan entre 20 y 25 miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y bomberos en cada turno.

Un equipo formado por cinco agentes y cinco cabos del cuerpo de Bomberos de Las Palmas de Gran Canaria, instruidos específicamente para llevar a cabo rescates en estructuras colapsadas y con vehículos y material especiales para actuar en incidentes como el ocurrido, y dos equipos de transporte se incorporaron anoche a las tareas.

El equipo que trabaja en la zona también lo integran más de una treintena de psicólogos del Colegio Oficial de Psicología (COP) de Santa Cruz de Tenerife, que se sumó al equipo especializado en atención psicológica en emergencias que trabaja desde el jueves con los familiares de las víctimas y otras personas afectadas por el derrumbe. Desde este organismo se informó de que el equipo estará activo durante los próximos días, gracias a la incorporación de nuevos compañeros que trabajarán en turnos.

El dispositivo habilitado por Cruz Roja lo forman más de 50 voluntarios, incluyendo el Equipo de Respuesta Inmediata en Emergencias (ERIE) de Intervención Psicosocial, así como cinco ambulancias de soporte vital básico y de soporte vital avanzado, un Centro Móvil de Coordinación, siete vehículos de apoyo de rescate y transporte y una carpa de logística. También dispuso un generador de luz para garantizar la continuación de las labores de rescate y 60 camas para el descanso del personal de trabajo.