La vida de María Candelaria González Dorta, de 50 años, estuvo marcada por la marginalidad y la adicción a las drogas en su barrio de Cuesta de Piedra. Su relación de pareja con el presunto autor de su homicidio, Dionisio Rodríguez S., de 70 años, estuvo marcada por los malos tratos y la violencia física y psíquica. Durante la noche del pasado miércoles, el hombre decidió acabar con la vida de María y presuntamente la asfixió.

La muerte violenta de la mujer ocurrió aproximadamente a las 23:00 horas. Al amanecer de ayer, a las 6:30 horas, Dionisio acudió hasta una Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía, confesó lo que había hecho y se entregó. Este final trágico causó una profunda tristeza en el citado barrio santacrucero, pero los vecinos consultados coinciden en que "se veía venir, por las frecuentes peleas, agresiones e insultos" que había entre el agresor y su víctima. La mala convivencia y muestras de falta de respeto eran muy conocidas en las calles José Luis de Miranda y Las Cañadas.

La víctima fue durante muchos años consumidora de drogas y actualmente estaba bajo tratamiento de metadona. Vivía de una pensión y tenía una enfermedad crónica. Tuvo cuatro hijos y dos en común con su agresor, que son menores. Ninguno de estos vivía con la pareja. Personas de la zona relataron que el pasado miércoles María se levantó a las 19:00 horas. Discutió con su pareja. Y fue a comprar dos cortados. A una de las conocidas le dijo: "lo dejé encerrado en el baño". Por la noche, los vecinos oyeron una nueva discusión, pero ni siquiera tan fuerte como las otras. En la casa número 23 de la calle José Luis de Madariaga, el amanecer trajo el silencio y la llegada de muchos agentes de la Policía Nacional.

Hace una década aproximadamente, Dionisio le propinó un martillazo en la cabeza a González Dorta y la víctima ingresó en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), "ya que estuvo entre la vida y la muerte", según una vecina. Dionisio permaneció en prisión varios años por esa tentativa de homicidio. Pero, tras salir de la cárcel, María volvió a convivir con "El Viejo", como lo llamaba entre las vecinas y conocidas. A pesar de la violencia psíquica, de las agresiones e insultos entre ambos, seguían conviviendo. Según fuentes vecinales, "era una mezcla de amor-odio". La directora del Instituto Canario de Igualdad, Marian Franquet, condenó enérgicamente la muerte y transmitió sus condolencias a la familia. Subrayó que las circunstancias sociales de las mujeres no pueden servir en ningún caso como excusa para minimizar la realidad, y ésta es que una mujer fue asesinada "por la violencia machista, haya vivido como haya vivido".

Una orden de alejamiento que ya no estaba en vigor

Conocidas de María Candelaria González Dorta comentan que la convivencia con el presunto autor del homicidio le afectó a su estabilidad mental y emocional en los últimos años. Las mismas personas señalan que, en diversas ocasiones, la víctima denunció sus casos de maltrato ante las fuerzas de seguridad. Y el agresor también la había denunciado varias veces elaño pasado. Sin embargo, esos esfuerzos no sirvieron para resolver su situación de maltrato. Según las fuentes consultadas ayer, la víctima llegó a tener una orden de alejamiento de su agresor, pero actualmente la citada medida judicial ya no estaba en vigor. A Dionisio lo califican algunas personas de ser "un hombre frío y calculador", que sabía expresarse correctamente y vestía de forma digna. Hace cinco días, María Candelaria apareció con una pierna ensangrentada. En otras ocasiones, relataba a las vecinas: "me va a matar; me quiere matar". Ambos tenían antecedentes policiales por delitos diversos. Según trascendió ayer, al autor confeso del homicidio de María Candelaria le constan numerosas detenciones anteriores por delitos contra el patrimonio o distribución de droga, entre otros. La mujer fallecida tenía un morado en la cara, debido a que su pareja le había lanzado una cafetera. Las vecinas señalan que el ahora detenido "la acobardó con el paso del tiempo". Y ella, a veces, de lejos, lo llamaba "hijo de puta" o "maricón", o bien le lanzaba objetos.

Investigación del Grupo de Homicidios

La investigación de las circunstancias que rodearon la muerte violenta de María Candelaria González Dorta fue asumida por el Grupo de Homicidios de la Brigada Provincial de Policía Judicial del Cuerpo Nacional de Policía. Los citados agentes se ocuparon de tomar declaración al presunto autor de la muerte de la mujer de 50 años con la que convivía y con la que tenía dos hijos menores en común. Dichos profesionales también se ocuparán de tomar declaración a posibles testigos y de recabar todos los indicios posibles. Las diligencias serán puestas a disposición del Juzgado de Instrucción número 1 de Santa Cruz de Tenerife, que está en funciones de guardia durante estos días.

Autopsia en el Instituto de Medicina Legal

El cadáver de la vecina de Cuesta de Piedra fue trasladado en la mañana de ayer hasta el Instituto de Medicina Legal de la capital tinerfeña para realizarle la autopsia. A falta del informe correspondiente de los médicos forenses de dicho organismo, ayer se barajaba la posibilidad de que la ciudadana muriera por asfixia.

Minuto de silencio en el ayuntamiento

El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife guardó ayer un minuto de silencio en memoria de la mujer fallecida en Cuesta de Piedra. En el acto estuvieron presentes el alcalde, José Manuel Bermúdez; la subdelegada del Gobierno, María Rosario Cabrera, y la vicepresidenta segunda del Cabildo, Cristina Valido, así como concejales y personal de la corporación santacrucera, que mostraron su repulsa ante este hecho. La muerte violenta de María Candelaria es el segundo homicidio registrado en la capital tinerfeña en poco más de una semana. El primero ocurrió el 2 de mayo en una casa de San Andrés, donde un hombre mató a su hermano de diez puñaladas. Y el acusado ya está en prisión provisional a la espera de juicio.