Una víctima de violencia de género ha relatado este jueves en el juicio cómo casi hace un año su exmarido acaba con su vida después de que le asestara múltiples puñaladas, entre ellas dos en la comisura de los labios que la han dejado marcada para el resto de su vida.

"Primero me cortó la boca y luego intentó cortarme el cuello. Me arrastre mientras seguía cortándome y logré huir por una puerta que daba a la calle", ha detallado la mujer, quien ha declarado tras un biombo. Pese a evitar en un principio el contacto visual con su agresor, la víctima ha tenido que acercarse al tribunal para mostrar las cicatrices de las puñaladas.

A escasos metros de su exmarido, ha mostrado las marcas que tiene en la comisura de los labios y detrás del cuello. Tras ello, ha ido directa a la puerta de salida de la sala de audiencias, evitando mirar a su expareja que sí seguía sus pasos desde el banquillo de los acusados de la Sección 16 de la Audiencia Provincial de Madrid.

Carlos Jesús B. S. es juzgado por un delito de asesinato en grado de tentativa con agravante de parentesco y otro de allanamiento de morada. La Fiscalía solicita una pena de catorce años y seis meses de prisión.

La pareja convivió durante 16 años, teniendo una hija en común. Tras la separación, la mujer cambio el bombín de su casa. Pero la mañana del 28 de abril de 2015 se encontró al acusado escondido en el salón de su casa, situada en el distrito de Alcalá de Henares.

CUCHILLO JAPONÉS

Esa mañana, salió a las 8.45 para llevar a su hija al colegio. Tardó media hora antes de regresar a su domicilio. Cuando llegó a su casa, se lo encontró oculto en el salón y con un cuchillo japonés de 18 centímetros.

"No me dijo nada. Me dio un puñetazo y caí de espaldas. Ya me caí en el suelo. Tenía un cuchillo en la mano. Lo primero me que cortó fue la boca y me dijo cállate. Intentó cortarme el cuello y después vi que la única opción era salir por la puerta de la calle. Me arrastre mientras me seguía cortando", ha relatado.

"Pude abrir la puerta pero él me cerró la puerta en la mano", ha agregado la mujer, quien desde entonces está de baja dado que sufre una depresión por los hechos vividos.

En su declaración, el acusado ha explicado que se presentó en la casa porque tenía que recoger unas cosas, indicando que cogió el cuchillo para calmar a su exmujer porque se había puesto nerviosa al verle.

Varios testigos que vieron cómo la mujer salía corriendo de la casa han corroborado que estaba cubierta de sangre, sobretodo en la zona de la cara y el cuello. "Salía gritando pidiendo auxilio", han narrado.

HECHOS JUZGADOS

Según el fiscal, el acusado mantuvo una relación sentimental durante 16 años con una mujer, relación que ella mismo dio por terminada el 23 de diciembre de 2014. En el transcurso de su relación nació una niña que cuenta en la actualidad con seis años de edad.

Pese al tiempo transcurrido, y no habiendo logrado resolver ciertas desavenencias surgidas entre ellos a propósito del incipiente proceso de medidas paternofiliales, el procesado, decidió acabar con la vida de la mujer la mañana del 28 de abril de 2015.

Sobre las 9.20 horas del ese día, se personó en el que fuera el domicilio familiar, en Alcalá de Henares, y que tras la ruptura de la pareja constituía la residencia de la mujer y la hija de ambos.

Para acceder a la vivienda el procesado saltó el muro perimetral metálico de dos metros y medio de altura y, una vez dentro del patio interior del inmueble, accedió a la cocina a través de una puerta que se encontraba abierta.

Allí, cogió un cuchillo de 18 centímetros de hoja y se dirigió al salón donde permaneció agazapado detrás del sofá hasta que llegó la mujer. Al entrar ella en el salón, el procesado, sin articular palabra, la propinó un puñetazo en el lado izquierdo de la cara, tirándola al suelo, para a continuación, y con la intención de acabar con su vida, asestarla múltiples cuchilladas en cara, boca, lengua y cuello.

La mujer se defendió y llegó a agarrar la hoja de cuchillo con las manos hasta que, en un determinado momento, logró ponerse de pie y, tras abrir la puerta de la vivienda y del portal del inmueble, salió a la vía pública donde fue asistida por varios viandantes.

El procesado, tras abandonar el lugar de los hechos, fue detenido por agentes de la Policía cuando éste se estaba deshaciendo de sus ropas ensangrentadas, arrojándolas a un contenedor de reciclaje.

Como consecuencia de este ataque, la mujer sufre importantes secuelas consistentes en cicatrices, alteraciones de la movilidad y síndrome de estrés postraumático. Por su parte, el procesado se encuentra privado de libertad desde el mismo día de los hechos en que fue detenido.