La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Córdoba prevé celebrar este jueves el juicio a un joven de 31 años acusado de un delito continuado de abusos sexuales supuestamente cometido sobre una niña durante unos siete años, desde que tenía ocho, en la localidad cordobesa de Palma del Río. El Ministerio Público ha pedido para él una pena de ocho años de cárcel.

Según explica el fiscal en su calificación, a la que ha tenido acceso Europa Press, la menor de edad vivía en el citado municipio junto a su madre, su hermano mayor y la pareja sentimental de su madre, mientras que el procesado, como amigo del hermano mayor de la niña, mantenía una relación cercana con la familia y era habitual que visitase el domicilio.

De este modo, en fecha no determinada, pero en todo caso cuando la menor tenía unos ocho años de edad aproximadamente, en una fiesta que organizó su hermano con unos amigos en su propia casa, entre los que se hallaba el acusado, éste, "con intención de satisfacer sus deseos sexuales y atentar contra la indemnidad sexual", se aproximó a la menor, que se encontraba echada en el sofá, "se tumbó junto a ella y empezó a realizarle tocamientos por todo el cuerpo".

La niña se quedó dormida y el procesado "aprovechó la situación y la subió a la habitación de la madre, donde la tumbó en la cama y empezó a quitarle la ropa", al tiempo que "la agarró fuertemente por los brazos y comenzó a tocarla a la vez que él se desabrochaba el pantalón", según relata el Ministerio Público.

No obstante, la menor se despertó y le propinó un fuerte empujón para intentar zafarse de él, metiéndose la menor debajo de la cama. Si bien, el acusado "la volvió a coger y la tiró de nuevo en la cama sin soltarla de los brazos, logrando la menor huir en ese momento de la habitación y zafarse de él".

RELACIÓN DE AMISTAD CON LA FAMILIA

Un año después aproximadamente de este episodio, "reiteradamente", el procesado, "aprovechando la relación de amistad que le unía con la familia", presuntamente ha buscado momentos en los que se encontraba solo con la menor, para lo cual "aprovechaba las horas en las que ésta estaba sola en su casa, sobre las 15,30 o 16,00 horas, y con alguna excusa, accedía a la vivienda y la abordaba".

Al respecto, apunta que todo ello lo hacía "con la expresa negación y resistencia de la menor, llegando en alguna ocasión a provocarle lesiones, sin que la pequeña hubiera dicho nada a sus familiares ni acudido al médico".

Asimismo, en enero de 2013, tras repetirse los hechos, la menor se lo contó a su padre, quien ese mismo día interpusieron la correspondiente denuncia.