Un total de quince empleados de Air France comparecieron hoy ante el Tribunal Correccional de Bobigny, en las afueras de París, para ser juzgados por los actos violentos cometidos en la presentación de un plan social por la empresa, y en particular por agredir físicamente a dos directivos.

Son cinco de esos quince trabajadores los que están acusados específicamente de los actos cometidos contra dos directivos, y en especial contra el director de recursos humanos, Xavier Broseta, cuya imagen con la camisa rota y el torso desnudo protegido por agentes de seguridad dio la vuelta al mundo.

Se exponen a una pena de hasta tres años de cárcel y a multas de 45.000 euros.

Los otros diez trabajadores están inculpados por haber causado daños materiales durante la manifestación que se organizó ese 5 de octubre en el lugar, en la sede de la aerolínea en el aeropuerto Charles de Gaulle de París, donde varios miembros de la dirección participaron en un comité de empresa para dar a conocer un programa de reducción de 2.900 empleos.

Los encausados estuvieron respaldados esta mañana en el tribunal y en la sala de audiencias por decenas de compañeros de la aerolínea, en particular del sindicato Confederación General del Trabajo (CGT), algunos de los cuales desplegaron pancartas en el exterior.

En paralelo, en Marsella varios miles de manifestantes -según el canal "BFM TV"- se concentraron en el aeropuerto y ocuparon su terminal para manifestar su solidaridad con los empleados que tienen que responder ante la justicia, reclamar su absolución, así como la reintegración de cuatro de ellos, que fueron despedidos.

Por parte de la empresa, el director jurídico, Frank Raimbault, acudió al tribunal de Bobigny para que "se sancione lo que ocurrió" el día de los incidentes, contó en declaraciones a los medios.

"Para Air France y para la acusación particular lo único que importa es ser reconocidos como víctimas y que el tribunal diga que lo que ocurrió el 5 de octubre es anormal", añadió Raimbault.