La Sala II del Tribunal Supremo (TS) condena a dos años y cinco meses de cárcel a la abogada lagunera Soledad de Olano, como autora de un delito de apropiación indebida continuada sobre el patrimonio de una tía suya que, tras una caída, fue ingresada en una residencia geriátrica de Tenerife.

Según la información que trascendió ayer, la mujer octogenaria le encomendó parcialmente la gestión de su patrimonio a Olano.

El TS señala que la cuantía defraudada asciende a unos 222.635 euros.

El Tribunal Supremo considera fundamentada la condena dictada por la Sección V de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife, que condenó a cuatro años de prisión y a ocho meses de multa a la citada letrada, como publicó EL DÍA en julio del año pasado.

Sin embargo, el Supremo estimó parcialmente un recurso de la procesada y consideró, de acuerdo con la Fiscalía, que en el caso ha habido dilaciones indebidas (retraso excesivo en dictar sentencia), por lo que reduce a dos años y medio la pena de prisión.

Pero el TS desestimó que se vulnerara su derecho a la presunción de inocencia y también la del derecho a guardar silencio y a no declarar contra sí misma.

Además, si la Sección V pedía ocho meses de multa a una cuota diaria de 6 euros, el TS se la reduce en dos meses.

Los hechos que motivaron todo el proceso judicial comenzaron en el 2005, cuando la octogenaria, María del Pilar, sufrió una caída en su vivienda, una casona tradicional canaria situada en la esquina de las calles Capitán Brotóns (trasera del Teatro Leal) y Ascanio y Nieves. La anciana se vio obligada a ingresar en una residencia geriátrica y otorgó poder notarial general en favor de dos sobrinas. Una de ellas era una mujer que reside en Salamanca. Pero, desde entonces, Soledad de Olano fue quien administró realmente el patrimonio de la tía, que murió en 2012. Las serias diferencias familiares surgieron a raíz de que la octogenaria, la otra sobrina que tenía que gestionar el patrimonio de la anciana y otros herederos cuestionaran la manera de gestionar el patrimonio de María del Pilar por parte de Soledad de Olano.

Una de las acciones de Olano que generó polémica fue las modificaciones en la casona de La Laguna, donde supuestamente creó locales comerciales.