El origen del asesinato y descuartizamiento del albañil y contratista brasileño Augusto da Silva Claudemir por parte de su hijo de 16 años estuvo en una pelea familiar porque el menor es un consumidor de hachís, el padre le descubrió una "piedra" de esa droga y se enfadó mucho.

El adolescente, que confesó que mató a su padre y lo desmembró en la vivienda que ambos ocupaban en la calle del Olvido, en el santacrucero barrio de Salamanca, pasó ayer a disposición de la Fiscalía de Menores, que ordenó su ingreso en el centro de medidas judiciales de Valle Tabares a la espera de juicio.

Hasta el mencionado recurso judicial, el menor de 16 años fue trasladado a primeras horas de la tarde de ayer. Según las fuentes consultadas, al adolescente, J.d.S., se le ha imputado un delito de asesinato. La atribución de esa infracción penal se basa en las pruebas recabadas por los investigadores de la Guardia Civil y porque el propio acusado reconoció los hechos.

La víctima, de 37 años, recibió, en primer lugar, fuertes golpes en la cabeza. Una de las hipótesis es que el autor utilizó un martillo para causar dicho traumatismo. El contratista también fue apuñalado en el pecho con un cuchillo. Según informó ayer la Guardia Civil, el cuerpo de Augusto fue seccionado en ocho trozos (ambas piernas fueron cortadas a la mitad).

El menor llamó a un taxista y le pidió que le llevara a San Andrés, donde dijo "que le esperaba su padre". Pero el adolescente incurrió en contradicciones y pidió bajarse en Valleseco. Ahí, varias personas lo vieron cómo cargaba con dos maletas. Esos testigos fueron identificados por los guardias civiles el mismo día del hallazgo de los restos por la tarde. Tras localizar la casa donde vivía y con su descripción física, los investigadores hallaron al acusado cuando se dirigía a un bar. Le hicieron un seguimiento hasta que se deshizo de varias pruebas del delito y ese fue el momento elegido por el Equipo de Homicidios para arrestarlo. La segunda maleta, con la cabeza, los brazos y las piernas, fue hallada a 8 metros de profundidad frente a Valleseco, bajo la plataforma elevada donde se vio al joven el lunes por la tarde.

La cabeza de la víctima presentaba un traumatismo importante en un lateral, con hundimiento craneal. Esa fue probablemente la causa de la muerte de Augusto da Silva.

Minutos después del arresto, el menor confesó que había matado a su padre el domingo 5 de junio en su casa. El acusado relató que el origen de la discusión con su padre fue que este lo sorprendió con una "piedra" de hachís y eso le enfureció. Después, el adolescente golpeó a su progenitor con un martillo en la cabeza, lo que le dejó inconsciente, y después le clavó un cuchillo en el tórax. Durante la noche del domingo y la jornada del lunes, el hijo de la víctima se dedicó a retirar del piso enseres manchados de sangre, como un colchón, que arrojó a un contenedor de basura. También tiró en uno de estos depósitos el martillo, el cuchillo y la radial con la que desmembró a su padre. Además, pintó una pared para disimular las manchas de sangre. El pasado miércoles por la tarde, en un estudio exhaustivo de la escena del crimen, se confirmó que la muerte ocurrió en el dormitorio.

Las proyecciones de sangre en prendas de ropa, muebles y paredes confirman este hecho. El cuchillo, el martillo y la radial no han sido localizados. La Guardia Civil destaca la colaboración ciudadana en este caso, tanto del taxista como de vecinos de Valleseco y de personal de Urbaser.